"Tengo recuerdos muy claros de la crucifixión, pero no fue tan angustioso para mi como lo fue para otros, como María", afirmó el australiano al canal británico de noticias Sky News.
Miller, realiza seminarios cerca de su casa y viaja por todo el mundo enseñando a la gente cómo tener una relación personal con Dios a través del control de las emociones.
El australiano sostiene que después de la crucifixión, entró al mundo de los espíritus, donde conoció a Platón, Sócrates, Papas y presidentes.
Además, dice que también recuerda haber realizado varios milagros, como curar personas enfermas y resucitar gente.
"Yo resucité a un buen número de personas, incluyendo a mi amigo Lázaro, que la mayoría de la gente sabe que se menciona en la Biblia", señaló.
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