Tiempo de Peligros: Revelamos detalle por detalle sobre cómo se deriva la Apostasía de estos Tiempos
De alguna manera, este
trabajo tiene el epicentro básico de su razón de ser, precisamente en el texto
que vamos a examinar ahora. Porque en todo lo demás, está dirigido en forma
global a un tiempo indefinido, pero en este es muy concreto y apunta a algo
específico, que de inicio no parecería concordar con lo que hemos visto, pero
que en el final se podrá ver que sí, absolutamente.
(2 Timoteo 3: 1)= También
debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos
peligrosos.
¿Qué está queriendo decir
Pablo a su discípulo, Timoteo, cuando expresa que vendrán tiempos peligrosos?
Si tenemos en cuenta la palabra que usa él para expresar esto, (CHALEPOS),
está hablando de tiempos ásperos, salvajes, difíciles, dolorosos, fieros,
dañinos, duros de tratar.
La palabra, que una gran
mayoría remite al día final pero que ya hemos visto está emparentada con la
caída de la iglesia falsa y babilónica de nuestros tiempos, describe a una
sociedad desprovista de virtud pero que abunda en vicios, tal cual lo que
podemos observar con sólo salir a las calles. Y ahora fíjate en el siguiente
detalle:
(2) Porque habrá (En los postreros
días, en estos del principio de la caída de Babilonia), hombres amadores
de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a
los padres, ingratos, impíos, (3) sin afecto natural, implacables, calumniadores,
intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, (4) traidores, impetuosos,
infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, (5) que tendrán apariencia
de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a estos evita.
Amadores de Sí Mismos: Personas altamente
egocéntricas, lo que también equivale a egoístas, que sólo tienen en cuenta
su propia conveniencia, prestigio o beneficio, sin pensar ni un momento en
la necesidad del prójimo y no vacilando en defraudarlo si con ello ganan algo.
Piensa.
Avaros: La avaricia
es el amor
desordenado de las riquezas. No hay en hebreo bíblico una palabra específica
para expresar esta pasión, pero en muchos pasajes se la designa con la palabra,
BESA, que significa “latrocinio” o “rapiña”, como también “ganancia ilícita”.
En el griego del Nuevo Testamento se denomina con las expresiones “amigo del
dinero”, “codicioso” o “ávido de ganancias sórdidas”.
La avaricia es un vicio que daña al
hombre y le impide usar de los bienes que posee, lo hace insensato y duro
para con sus semejantes, tal como ocurre con los amadores de sí mismos anteriores
a esto, lo hace esclavo del dinero, lo hace caer en la idolatría, apartándole
del cumplimiento de sus deberes para con Dios y para con el prójimo.
El avaro vive atormentado por el deseo
de aumentar sus riquezas y se apodera injustamente de lo ajeno, dejándose
corromper en la administración pública; (Una congregación pasa a ser una administración
pública), y ofrece mala paga a los subalternos y jornaleros. Idolatría. Sigue
pensando.
Vanagloriosos: La vanagloria es, según
el diccionario español, la jactancia del propio valer u
obrar. Es una mezcla de la vanidad y la gloria. Los términos vanidad
y vano se hallan frecuentemente en la Biblia para dar la idea de aquello que
es vacío, pasajero, sin valor.
Dentro de ello caen la idolatría y
la maldad, como cosas que no solamente son malas, sino además vanas y vacías.
También denotan falsedad. La misma creación, por la caída del hombre, está
sujeta a vanidad, de la que sólo será librada en la manifestación de Cristo.
El hombre sin Dios está encadenado
en una vanidad de vaciedad y frustración, de culpa y muerte, de la que sólo
puede ser librado volviéndose de todo ello al Señor Jesús, que puede salvarlo
e introducirlo en una vida abundante. El hombre sin Dios. Ahora reflexiona:
¿No has visto vanidad dentro de la iglesia?
Soberbios: La soberbia es un deseo
y pretensión de superioridad sobre los demás, junto con un rechazo de sometimiento
a Dios; pretensión de autosuficiencia y auto exaltación. Es un estado opuesto
al de la humildad.
El soberbio no reconoce su dependencia
como criatura de su Creador, ni la mutua dependencia con sus semejantes. Fue
el pecado de Satanás. Fue el móvil que llevó al pecado de desobediencia en
Edén. Es el móvil en el hombre caído, llevándolo a una constante lucha de
emulación para alcanzar la superioridad y dominio sobre sus semejantes.
El cristiano no deja de ser susceptible
a este pecado y es exhortado contra tan perverso estado de mente. La soberbia
es el ideal del hombre pagano, que marcha en busca del superhombre, idealizando
la fuerza, la agresividad y la mutua competencia, desdeñando la compasión
y la ayuda a los débiles como contraproducente para lo que considera como
el avance hacia su “hombre nuevo”. Es el pecado de Satanás. Sigue reflexionando:
¿No hay soberbios en tu congregación?
Blasfemos: La blasfemia tiene en la
Sagrada Escritura un sentido más amplio que en el lenguaje común. Incluía
la calumnia, y abarca cualquier palabra o acto ofensivo a la majestad divina,
como profanar lugares santos, alterar los ritos, violar conscientemente la
ley, tomar el nombre de Dios en vano, etc.
Para evitar todo lo más posible esto
último, llegó a omitirse la pronunciación misma del nombre sagrado de Jehová
sustituyéndolo con “Adonai” (“Señor”). En el Nuevo Testamento, blasfemia significa
la usurpación por el hombre de las prerrogativas divinas.
Los enemigos de Jesús lo acusaron de
blasfemia, porque no reconocían su deidad. Los evangelistas consideran blasfemia
toda injuria a Cristo. La blasfemia más grave, que no admite perdón, es la
que va contra el Espíritu Santo.
Esta blasfemia particular en contra
del Espíritu Santo fue atribuir la acción del Señor de echar fuera demonios
a poder satánico, frente a la evidencia innegable de Su poder divino. Este
pecado no iba a ser perdonado ni en este siglo, ni en el venidero.
El contexto da evidencia de que “el
pecado imperdonable” se refiere a esta forma particular de blasfemia. Los
judíos expresaban violentamente su indignación ante la blasfemia. La blasfemia
era castigada con la muerte. Tomar el nombre de Dios en vano, usurpar el lugar
de Dios, negar el poder del Espíritu Santo atribuyéndolo a demonios. Blasfemia.
Medita en esto, y en lo que has visto a tu alrededor.
Desobedientes a los padres: Si eres desobediente a
tus propios padres que no quieren otra cosa que no sea tu bien, que menos
serás para con Dios. Por eso, para entender que significa ser desobediente,
primero deberemos enterarnos que cosa es la obediencia según Dios.
La obediencia a Dios es uno de los
deberes supremos de los hombres, porque Él es el Hacedor, y los hombres dependen
de su bondad y están sujetos a Su ley. La obediencia a Dios-Cristo es debida
también porque Él nos ha redimido con Su sangre.
La obediencia a Dios debe hacerse de
corazón, en todas las cosas y en todo lugar. La obediencia también se debe
a los padres, y en este sentido se llama obediencia filial. Los cristianos
prestan obediencia a los mandatarios y a las leyes por causa de la conciencia.
Desobediencia al Padre celestial. Sigue meditando.
Ingratos: La ingratitud es la actitud
de desagradecimiento, olvido o desprecio de los beneficios
recibidos. En un creyente, ser ingrato sería, por ejemplo, no dar gracias
a Dios por nuestra redención, por la sangre de Jesucristo derramada en nuestro
favor y por nuestra vida misma.
Eso, indudablemente, conlleva
una mezcla de otras cosas que ya han sido examinadas aquí, tales como la soberbia
y la vanagloria, una manera de decirle al mundo que, si bien estás en un trabajo
donde estás obligado a hablar sobre Dios, tú estás convencido que en el fondo,
no le necesitas para ser un ministro de prestigio. Eso es ingratitud ministerial.
Piensa en esto, por favor, con nombres propios que seguramente habrás recordado
de inmediato.
Impíos: La impiedad,
en contra de lo que muchos suponen relacionándola con la compasión o la lástima,
es simplemente lo opuesto a la piedad, que es la reverencia debida
a Dios. Piedad es espiritualidad, impiedad la falta de ella.
Es una actitud rebelde, que se opone
a la sujeción y al conocimiento de Dios de una manera consciente, en contra
de lo que se le debe como Creador, Sustentador y Salvador. La impiedad surge
de la soberbia (Otra vez nuestra “amiga”).
Los impíos manifiestan: su deshonestidad;
su crueldad; su falsedad; son opresores; perseguidores de los piadosos; pertinaces;
sin embargo, su final es tenebroso, sin esperanza; su retribución será la
ira consumidora de Dios.
Sin embargo, es por los impíos que
Jesús vino a morir; en base a su sacrificio, Dios está dispuesto a justificar
al impío que cree en Jesús; ya en el Antiguo Testamento hay llamamientos al
arrepentimiento de los impíos; el Señor declara que no desea la muerte de
los impíos, sino su conversión, aunque tendrá que juzgar a los que no han
querido volverse a Él.
Los creyentes son exhortados a renunciar
a la impiedad y a los deseos mundanos, y a vivir de corazón para Aquel que
los ha redimido y dado la esperanza bienaventurada de que serán tomados por
Él al hogar paterno. No reverentes a Dios, no espirituales sino mundanos.
Sigue pensando, quizás recuerdes a alguien por quien orar pidiendo misericordia.
Y no del mundo, precisamente…
Sin afecto natural: El afecto es una catalogación
que s ele ha dado a cada una de las pasiones del ánimo,
tales como la ira, el amor, el odio, etc., y especialmente el amor o el cariño.
Este texto, naturalmente, se refiere a esta última condición.
La gente de la cual se está
hablando en este pasaje, y que es la que abundará en los postreros tiempos,
(En los cuales ya estamos ingresando), no tendrá absolutamente ninguna clase
de reserva afectiva, por lo que no vacilará en agredir o perjudicar a quien
sea, si eso la beneficia. Reflexiona.
Implacables: Te confieso
que he oído miles de veces este calificativo y nunca me he detenido, como
hoy, como ahora, a examinar su real significación. Quizás tú si lo hayas hecho
y ya tengas en claro que cosa es alguien implacable.
Según la descripción siempre
demasiado escueta de un diccionario secular, alguien implacable es alguien
que no se puede aplacar. Claro está que, con esto en nuestras manos, ahora
deberemos ir a ver que cosa es aplacar.
Y nos encontramos con que,
alguien implacable es alguien a quien no podemos, por ningún método o forma,
amansar, suavizar, mitigar; alguien que, como se dice aquí en Argentina cuando
la ira, el enojo o alguna consecuencia de la acción de ciertos narcóticos,
“está sacado”, que es como decir “fuera de sí”.
¿Qué es lo primero que como
cristiano podríamos detectar en alguien que se comporta así, por ejemplo,
dentro de un templo o, lo peor, al frente de alguno en calidad de pastor?
Que no tiene dominio propio. ¿Y eso que significa? Que no está lleno (Si es
que lo posee) del Espíritu Santo, tal como se nos manda vivir. Sigue reflexionando
una vez más, por favor.
Calumniadores: La calumnia, o falso testimonio,
es condenada vivamente por la Ley. Los culpables de este delito debían sufrir
la pena que habían intentado hacer recaer sobre la persona calumniada.
Si se refería a difamación contra el
carácter de alguien, debía darse una compensación pública. El Talmud sentencia:
“El calumniador destruye la reputación de sus víctimas
y se verá obligado a expatriarse.”
Los profetas atacan la calumnia, así
como otros libros. El cristiano es exhortado, sin embargo, a orar y a perdonar
a sus perseguidores y calumniadores. Eso es lo que, personalmente, estoy haciendo
en este tiempo con no pocos líderes y pastores que hasta no hace mucho tiempo
me recibían con obsecuencia en sus congregaciones y se peleaban por estar
en mis programas de radio.
Y puedo decir que ellos están en la
calumnia, la murmuración y la crítica bajo condena, porque la realizan con
mi nombre y apellido, individualizada en mi. Mientras que yo, ministerialmente,
jamás mencioné a nadie por su nombre, ya que lo mío es una imitación de lo
de Jesús: confrontación con el sistema religioso imperante, al que yo llamo
Babilonia porque estoy convencido que lo es. Será bueno que examines en qué
sitio de esta historia estás tú.
Intemperantes: Se les llama así a los
que demuestran, con sus actos, tener falta de templanza.
Templanza, mientras tanto, es sinónimo de Moderación,
sobriedad y continencia. También es una de las cuatro
virtudes cardinales, que consiste en moderar los apetitos y el uso excesivo
de los sentidos, sujetándolos a la razón.
Al igual que dijimos respecto
al dominio propio, aquí también estamos hablando de supuestos cristianos que
adolecen de uno de los frutos del Espíritu Santo, la templanza. Que si se
tratara de simples oidores de la Palabra, podría entenderse, pero aquí hablamos
de comandos, de conducciones, de liderazgos. Examínate.
Crueles: La crueldad, tal como se
la entiende mayoritariamente, es un acto de inhumanidad, fiereza de ánimo,
impiedad. Una acción cruel e inhumana. Ser cruel, mientras
tanto, es la actitud de alguien que se deleita en
hacer sufrir o se complace en los padecimientos ajenos. Alguien sangriento,
duro, violento.
Ahora bien: me pregunto y te pregunto: ¿Podemos suponer que
adentro de lo que llamamos la iglesia, encontraremos gente de estas características?
Dilo un domingo desde tu banco y, en forma inmediata y a coro, el pastor y
una multitud de hermanos querrán lincharte por irreverente o irrespetuoso.
Sin embargo, Pablo le dice a Timoteo que habrá hombres así. Y no se refiere
al mundo incrédulo, por supuesto. Vuelve a pensar una vez más.
Aborrecedores de lo bueno: Hay que comenzar por saber que cosa
es aborrecer. El verbo castellano está cargado de tonos emotivos y significa,
algunas veces, abominar; otras, abandonar o dejar y, finalmente, aburrirse
de una persona o situación.
En el aborrecer bíblico también entran
estos diversos matices, y además, a veces, está preñado de ira, odio o mala
voluntad hacia una situación o hacia una persona. Aborrecer al prójimo o al
hermano es pecado a los ojos de Dios.
Quien aborrecía a su mujer y la abandonaba
sin justo motivo era castigado y debía recibirla de nuevo. Pero la ley afirma
que cuando existen causas legítimas para abandonarla, entonces el marido no
tiene la obligación de juntarse a ella de nuevo.
Cuando los sentimientos que unen a
dos personas están basados meramente en la carne, el aborrecimiento puede
ser un peligro muy posible. En la Biblia, “aborrecimiento” puede designar,
a veces, un grado inferior de amor.
Ahora entiende: estamos hablando de
personas que aborrecen, conforme a lo que aquí has aprendido, lo bueno. Entonces,
tendremos que recurrir a un diccionario para saber que se considera como bueno,
y como puede ser aborrecido.
Bueno es: Algo o alguien que tiene bondad en su género. Algo o alguien útil y a propósito para
algo. Algo gustoso, apetecible, agradable, divertido. Hay más, pero son derivaciones
que se apartan de lo que estamos buscando.
Entonces, tenemos que un
aborrecedor de lo bueno, dentro del marco eclesiástico, sería alguien que
deja de lado a los mejores para optar por sus amigos aunque sean inferiores,
alguien que se aprovecha de personas sin maldad e inocentes. ¿Habrás visto
alguno parecido? Recuerda.
Traidores: Estas
son personas que cometen una o más de una traición. ¿Y que es una traición?
Hay decenas de maneras de calificarla, pero no me gustaría apartarme de lo
que es gramaticalmente correcto.
La traición, linealmente,
es una falta que se comete quebrantando la fidelidad o lealtad que se debe
guardar o tener. En términos de Derecho Jurídico, es un delito cometido por
civiles o militares, que atenta contra la seguridad de la patria.
El término global de alta traición especifica la cometida
contra la soberanía o contra el honor, la seguridad y la independencia del
Estado.
Mientras que la calificación de “a traición” determina algo que ha sido hecho
alevosamente, faltando a la lealtad o confianza. No hay nada más,
pero creo que alcanza.
Alcanza, entre otras cosas,
para vislumbrar que, cuando Pablo le dice todas estas cosas a Timoteo, no
las menciona al aire o por casualidad, sino basándose en experiencias propias
o del resto de la iglesia del Señor. Así que, mi amado hermano, cuídate; hay
traidores en los postreros tiempos, es decir: en estos tiempos.
Impetuosos: la calificación de este
adjetivo es escueta pero clara. Dice que se trata de personas que se mueven
de modo violento y rápido También es un calificativo para
alguien que demuestra ser fogoso, vivo, vehemente.
¿Y que tiene de malo una persona así? Algo que el diccionario
no lo dice pero que queda implícito conforme a como hemos sido creados. Una
persona de estas características, generalmente actúa antes de pensar en lo
que va a hacer.
Imagínate que si se tratara de alguien que vive solo y obra
de ese modo, no habría más perjudicados que él mismo por ello, pero cuando
se trata de gente cristiana, ya incorpora a otros inocentes a su impetuosidad.
Y ni te cuento si se trata de un líder o un pastor. ¿Has visto alguno en este
tiempo? Ya han salido a la luz, porque este es su tiempo de aparición.
Infatuados: Tampoco hay demasiado sobre
esto, con decirte que es una palabra que ni siquiera figura en un diccionario
de la lengua española. Sin embargo, sí existe la que da origen a ella, que
es Fatuidad, o calidad de fatuo.
Concretamente, lo que aquí se dice de la persona de estas características,
es que es falta de razón o de entendimiento. También se califica así a un dicho
o hecho necio. Es alguien con alta dosis de presunción, vanidad infundada y ridícula.
Me ha tocado ver, sobre las plataformas de importantes congregaciones,
e incluso hasta en sus propios púlpitos, a personas con actitudes o vestimentas
que, realmente, me hicieron recordar a la exposición egocéntrica del pavo
real con su cola multicolor desplegada para impresionar a su hembra.
Son hermanitos quizás muy fieles y sinceros, pero llenos de
una enorme necesidad de ser vistos, de ser aprobados, de ser reconocidos y,
obviamente, también de ser aplaudidos. Y si reciben eso, pueden llegar a comportamientos
lindantes con el ridículo. Y todo en el nombre de Dios…
Amadores de los deleites más que de Dios: Esto
significa que se trata de gente que ama más un deleite que a Dios. ¿Y que
cosa es un deleite? Una de las definiciones, es: Placer del ánimo. Si tenemos
en cuenta que “ánimo” es, entre otras cosas: valor, esfuerzo, energía, intención,
voluntad, atención o pensamiento, te queda claro una parte
de ese amor.
La otra definición de deleite, es placer sensual. Algo sensual,
es algo perteneciente o relativo a las sensaciones de los sentidos. También
se dice de los gustos y deleites de los sentidos, de las cosas que los incitan
o satisfacen y de las personas aficionadas a ellos. Perteneciente o relativo
al deseo sexual.
Parece hasta algo atrevido u osado, ¿Verdad? Sin embargo, aunque
no puedas creerlo o al menos entenderlo, el setenta y cinco por ciento del
pecado que hay en la iglesia, es pecado sexual o sensual. Y de ese setenta
y cinco por ciento elevado al cien, el ochenta por ciento es en el ámbito
pastoral. ¿El resto? Mayoritariamente defraudaciones de dinero o estafas.
Apariencia de piedad: Esto
no necesita demasiada interpretación gramatical. Se trata de personas que
muy probablemente conoces porque existen en todas, indefectiblemente en todas
las congregaciones.
Son aquellos que tú los ves y siempre están en alguna actitud
de adoración, alabanza, oración, meditación o éxtasis. Eso es, a grandes rasgos,
una apariencia de espiritualidad (piedad). Sin embargo, a la hora de interpretar
la Palabra, por ejemplo, descreen de las revelaciones y prefieren lo conocido
y establecido por las reglas denominacionales. Parecen muy espirituales, pero
no terminan de creer en la vigencia del Espíritu Santo.
¿Y como es que termina nuestro texto? ¿Acaso se nos dice que
a cualquiera de estas personas tenemos que comprenderlas, justificarlas y
tener la suficiente misericordia como para que ellos sigan viviendo como lo
están haciendo?
¿Tal vez se nos sugiere que hagamos cadenas de oración para
que ellos puedan cambiar? ¿Se nos aconseja que los hablemos y procuremos hacerles
comprender sus errores? No. Nada de eso. Absolutamente nada de eso. Simplemente
se nos dice: A estos, evita.
¿Tú entiendes lo que quiere decir que los evitemos, no es así?
¡Pero hermano! ¿No es el momento de poder manifestar el amor de Dios, la misericordia,
el perdón y la restauración reconciliatoria con estos hermanos equivocados?
Parecería ser que sí, ¿Verdad? Sin embargo, Pablo, apóstol de Jesucristo,
le dice a Timoteo que no haga nada de esto y que sencillamente trate de evitarlos.
Ahora bien; tú has repasado y revisado con mucha atención estas
características. Has visto o no reflejadas esas condiciones en alguno o algunos
de los hermanos de tu congregación. ¿Qué vas a hacer ahora con toda esta información?
¿Harás, acaso, “la gran evangélica” de decir “amén” con voz
fuerte y clara, pero luego retornar a la antigua manera de vivir? No te lo
aconsejo, porque aunque parezca muy atinado y muy loable, no es lo que Dios
dice y, por lo tanto, es clara y pura desobediencia.
(Verso 6)= Porque de estos son los que se
meten en las casas y llevan cautivas a las mujercillas cargadas de pecados,
arrastradas por diversas concupiscencias.
(7) Estas siempre están aprendiendo y nunca
pueden llegar al conocimiento de la verdad.
Si esto fuera literal, no sería algo que asombrara a nadie
y que tampoco preocupara demasiado, más allá de los familiares directos de
las dos partes protagonistas. Porque: ¿A quien le preocuparía que algunos
hombres con estas características que mencionamos, se aprovechen de mujeres
de dudosa reputación y moral?
Pero sí, por el contrario, estas “mujercillas” mencionadas
aquí no son otra cosa que iglesias supuestamente cristianas en la tipología
bíblica, entonces el texto toma otro calibre y, de alguna manera, coincide
perfectamente con lo que expresa y con el resto del texto que venimos viendo.
Porque nos diría que en los postreros tiempos, (Estos) del
principio del temblor que hará caer a Babilonia la iglesia falsa y paralela
a la genuina, entrarán en esos templos esta clase de personas apuntadas. Pero
dice que preferentemente lo harán en iglesias que ya de por sí están cargadas
de pecado.
Y que además, las harán cautivas de sus estructuras ritualistas
y casi paganas, que ellas no podrán evadir porque, pese a todos sus congresos,
sus clínicas, sus seminarios y sus conferencias siempre parecen estar aprendiendo
y un nunca llegan al conocimiento de la verdad. ¿Es antojado o fantasioso
lo que terminas de leer o, como pienso, tiene mucho más asidero que lo otro?
(8) Y de la manera que Janes y Jambres resistieron
a Moisés, así también estos resisten a la verdad; hombres corruptos de entendimiento,
réprobos en cuanto a la fe.
(9) Mas no irán más adelante; porque su
insensatez será manifiesta a todos, como también lo fue la de aquellos.
En principio, para
que se entienda, Janes y Jambres era el nombre de los dos magos egipcios que
intentaron oponerse a Moisés. Esta alusión se refiere a los acontecimientos
descritos en el Libro del Éxodo.
Estos pasajes no
dan ni el número ni el nombre de los magos, pero los Targumes y el Talmud
hacen alusión a ellos. Son mencionados, uno de ellos o ambos, por Plinio y
Apuleyo, que mencionan a Janes y a Moisés como famosos magos de la antigüedad.
Ahora escucha y
entiende: la comparación que Pablo le está haciendo a Timoteo es tan clara
que exime de mayores comentarios. Y le dice que los hombres con esas características
que termina de describir como presentes en los postreros tiempos, rechazarán
la Palabra de Dios y la Verdad con las mismas características con que lo hicieron
dos magos.
Esto, indudablemente,
nos está hablando de una participación esotérica, ocultista y por ende diabólica
infiltrada dentro de lo que normalmente es la palabra de Dios con destino
a sus hijos. Pero dice algo más: que son corruptos de entendimiento.
Y yo quiero que
no se te pase de largo y que lo entiendas debidamente. Corrupto es algo que
antes estaba bien y luego entra en un proceso de putrefacción. Eso significa
que, cuando tú pretendes llevarle la verdad a un hermano religioso y éste
no te escucha, e incluso se enoja y hasta te agrede, no es porque sea falto
de entendimiento, sino porque ese entendimiento que antes era correcto y limpio,
por alguna razón pecaminosa se le ha corrompido.
Y por si todo esto
fuera poco, le añade que son réprobos en cuanto a la fe. Un réprobo, te recuerdo,
es una persona que debe ser apartada de la convivencia con
un grupo por razones distintas de las religiosas.
¿Y cuales pueden ser esas razones distintas a las religiosas
o espirituales? Muchas, pero si quieres te doy las que más sobresalen en este
tiempo conforme a la experiencia de verlo con mis propios ojos y con otros
de hermanos fieles que me lo han hecho saber: sexo, pornografía, fraudes,
estafas, manipulaciones, abusos. El verso 9, gracias a Dios, pone las cosas
en su lugar y declara victoria en medio de la negrura profética adelantada.Fuentes Tiempodevictoria.com
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