'Hell House': conversiones en la 'Casa del infierno' por Halloween
Si de sentir temor se trata, al menos que sea productivo. Esto ha debido
pensar el pastor Keenan Roberts, que ha ideado una “casa embrujada”
para enfrentar a las personas a la necesidad de la salvación en Jesús,
ofreciendo a las iglesias evangélicas un kit completo para montarla.
Así, por $ 299 las iglesias pueden armar su propia “Hell House” (Casa
del infierno), con escenas trágicas de suicidios de adolescentes y una
serie de pecados diversos.
En los últimos 16 años, estas “casas embrujadas cristianas” han sido
puestas en funcionamiento en numerosas iglesias, sobre todo en el
periodo previo a Halloween, cuando los estadounidenses están más
preparados para experimentar el miedo y el alarmismo. Desde 1996,
Roberts, pastor de la New Destiny Christian Center en Colorado, ha
vendido más de un millar de kits de “Casa del infierno” - que incluyen
un DVD , un manual de instrucciones de 300 páginas y una banda sonora
espeluznante- a líderes y pastores de diversas iglesias.
Pero si los directores de las casas embrujadas en general, pretenden
entretener, Roberts tiene un objetivo muy diferente. "La prioridad
número uno es llegar a la gente con el mensaje de que el pecado destruye
y Jesús salva", explica el pastor desde su iglesia en Denver.
El método es eficaz, según Roberts. Cuando los visitantes llegan a la
escena final del “cielo” -una habitación envuelta en una tela plateada-
“uno de cada cuatro han decidido unirse a la fe cristiana o han renovado
su compromiso con ella”.
Pecados y críticas
La típica “casa Roberts” consta de siete habitaciones. En cada una de
ellas es representado un "pecado" diferente, con un horrible final. El
propio Roberts interpreta en uno de sus propios kits a un demonio.
Vestido con un traje negro largo, con una máscara gris lleno de
oquedades y grandes cuernos negros, guía a los huéspedes de una
habitación a otra.
Así, se van viendo desde un suicidio tras una intensa vida sexual llena
de vacío, pasando por un accidente de tráfico por conducir ebrio, hasta
una escena con una adolescente que es inducida a tomar éxtasis y muere
(el manual sugiere que el demonio- guía de este viaje- declare en ese
momento: "sólo otro día de trabajo rutinario para mí!").
Los temas varían un poco de un año a otro, aunque tratándose de
cristianos evangélicos de Estados Unidos casi cae de su peso que la
condena a las relaciones homosexuales y el aborto son constantes,
entremezcladas con el resto de la presentacón.
No es de extrañar por ello que los kits creados por Roberts hayan sido
objeto de críticas, y no sólo de grupos de derechos gays y pro aborto.
Un cierto número de grupos religiosos, entre ellos el Consejo Nacional
de Iglesias, han criticado estas “casas del infierno” por su actitud de
evangelismo agresivo.
Roberts se muestra indiferente a estas críticas. "Jesús fue tan polémico
que lo mataron", dijo. "No se puede tener un impacto sin colisión",
añadió.
Roberts no ha proporcionado a los medios de comunicación muestras de los
kits, pero con el paso de los años se han ido filtrando extractos en
internet. Para la escena del aborto, el pastor recomienda comprar "un
producto cárnico que se asemeja mucho a partes de un bebé" para poner en
un recipiente de vidrio y sugiere a los actores que encarnan al
personal médico, mantener una actitud "fría, indiferente, insensible y
brusca".
Algunos grupos seculares han logrado comprar un kit de la “Casa del
infierno”, y Roberts lo sabe. En 2004, un director de Hollywood se hizo
pasar por un pastor a fin de obtener un kit, y acabó poniendo en escena
una farsa, protagonizada por Sarah Silverman y David Cross, entre otros.
"Fue una abominación", dijo Roberts. "La gente ha estado tratando de
hacer daño a la ´Casa de infierno´ durante años, y siempre digo esto:
Dios va a tener la última palabra", concluyó.
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