La relación entre el rock y el
satánico
proviene desde los mismos orígenes del movimiento musical en la década de los
cincuenta, donde precursores como Elvis Presley o Jerry Lee Lewis
fueron duramente atacados por la Iglesia Católica de difundir el mensaje del
maligno. El blues ya había sido objeto de persecución por la mayoría blanca
norteamericana que consideraba aquella música como peligrosa para la moral
wasp
(White, Anglo, Saxon, Protestant).
A
finales de la década de los sesenta, el rock y las
nuevas «amenazas» llegaban desde Inglaterra, en donde
The Rolling Stones con
álbumes como Their Satanic Majestic Request ('Al servicio de sus satánicas
majestades') y su clásico
Sympathy for the devil ('Simpatía por el diablo')
arrasaban en todas las listas de éxitos y en sus giras, donde llegaron a
utilizar como guardaespaldas a los propios Hell´s Angels ('Ángeles del
infierno'). Sus grandes
competidores,
The Beatles, tras sus experiencias con gurús indios,
llegaban de nuevo al numero 1 con The White Album en el que, según los defensores
de la existencia de mensajes satánicos ocultos, aparecen los primeros mensajes
subliminales en las canciones Revolution 1 y Revolution 9. John Lennon
golpeaba
en el «núcleo» de la moral católica al declarar en el inicio de una gira por
Norteamérica que
The Beatles
eran más grandes que Dios, lo que les supuso la persecución de grupos
integristas
cristianos y la quema pública de sus discos. El asesinato, en 1980, de John Lennon1 por parte de un fanático fue
también utilizado posteriormente por algunos dedos acusadores como prueba de su
relación satánica. No seria el único caso en que la muerte de un miembro de
un grupo acusado de satánico, seria utilizado para demostrar que quien utiliza
la energía del demonio acaba siendo consumida por su eterna maldad; así, John Bonham2 (Led Zeppelín); Brian Jones3
(Rolling Stones); Bon Scott4 (AC-DC); Randy Rhoads5 (Ozzy Osbourne) o el propio Jimi Hendrix6, muertos todos en extrañas o crueles
circunstancias, sirven para alimentar el mito del pacto de los músicos con el
diablo.
Mike Jagger y Keith Richards, de los
Stones, llegaron a ser considerados la reencarnación de Lucifer y su ayudante
Belcebú por parte de algunos de sus fans, llegando incluso a interesarse por
proyectos cinematográficos como Lucifer rising o Invocation of my demon
brother, que finalmente no se llevaron a cabo.
Otra
banda inglesa de principios de los setenta, acusada de invocar a Satanás en
todos sus discos, fueron los precursores del heavy metal, Black Sabbath,
cuyo cantante, Ozzy Osbourne, pasaría a ser en los ochenta el principal
enemigo de muchas organizaciones cristianas norteamericanas tras grabar
canciones como Mr. Crowley, dedicada al mago «negro» Aleister Crowley que,
a principios del s. XX, había fundado su propia religión tras pertenecer a
diversas sociedades secretas, llegando a reunir en la abadía italiana de Cefalu
a sus correligionarios donde practicaban ritos satánicos, en los que se mezclaba el
sexo, la sangre...
La canción acusada de contener
un mayor numero
de mensajes satánicos ocultos seria también de otro grupo inglés de los setenta,
millonario en fama y ventas, Led Zeppelín y su gran éxito Stairway to
Heaven ('Escalera al cielo') que se unió a la fama de amante de la guija de su
guitarrista, Jimmy Page, que llegó a vivir en una casa que había pertenecido al
mago Alister Crowley, junto al Lago Ness.
Tras calmarse un poco las aguas, a principios
de los ochenta, la irrupción del heavy metal volvería a abrir la
caja de los truenos. Los australianos AC-DC, afincados en el Reino Unido,
estaban en la cresta de la ola con su gran éxito Highway to Hell ('Autopista al
Infierno') y otros menores como Hell aint a bad place to be ('El infierno no es
un mal sitio para vivir') o Sin City ('Ciudad del pecado'), llegando a aparecer
su guitarrista Angus Young en los conciertos disfrazado con rabo y cuernos
además de su uniforme de Daniel el Travieso. El éxito de la banda llevó a nuevos
grupos como los también británicos Iron Maiden a lanzar el álbum
The Number of the Beast (666, el numero asignado al Diablo), incluyendo
en el mismo textos
de la famosa Biblia Satánica de gran difusión entre los satanistas.
La
portada del disco, con el monstruoso Eddie dirigiendo como un titiritero a los
hombres en forma de marionetas era demasiado para los grupos salvadores de la
moral cristiana que iniciaron una campaña de censura, sobre todo en los Estados
Unidos, lo que al igual que en el resto de los casos descritos supuso un efecto
boomerang propagandístico para la banda que le permitió darse a conocer en este
país. Otros grupos, como Venom, precursores del estilo black metal no
tuvieron tanta suerte, ya que tras argucias aduaneras, les prohibieron de manera
permanente entrar en Estados Unidos; y es que los tres primeros discos de la
banda, In league with Satan ('Aliados de Satán'), Welcome to hell ('Bienvenido
al infierno') y Black metal ('Metal negro') eran demasiado explícitos.
La semilla del binomio satanismo/éxito
garantizado, supuso que los grupos norteamericanos se subiesen al
carro iniciado por los británicos y empezasen a proliferar canciones como Burn
in Hell ('Arder en el infierno'), de Twisted Sister, Shout at the Devil ('Grita
al diablo') de Motley Crue, o Hell awaits, de Slayer. Desde Texas, el grupo
WASP (We Are Sexual Perverts; 'Nosotros Somos Pervertidos Sexuales') lanzaban
su primera canción I Fuck Like a Beast ('Follo como una bestia') añadiendo más
leña al fuego de la creciente polémica entre el rock y las asociaciones
defensoras de la moral cristiana. Otro ex-cantante de Black Sabbath, Ronnie
James Dio, creaba su propia banda y al igual que Ozzy Osbourne llenaba las
portadas de sus discos de imágenes de Satanás, como la muy explicita Holy diver.
Los
neoyorquinos KISS, también fueron acusados de esconder bajo sus siglas la frase
Kids in Satan Service ('Chicos al
servicio de Satanás'). Los grupos norteamericanos defensores de la moral no
tardarían en ponerse manos a la obra intentando parar esta situación, llegando a
crear un lobby de poder, el
PMRC, que mediante una iniciativa legislativa
abanderada por Tipper Gore, esposa del futuro vicepresidente de los EE.UU., Al Gore, llegarían a imponer una pegatina avisando del peligro en el contenido de
los discos que ellos consideraban oportuno censurar, incluyendo la sustitución
de portadas de discos que pudiesen ser «nocivas». La medida afectó a numerosas
bandas, desde
Prince,
acusado de pornográfico, hasta los ya mencionados Iron
Maiden. Una representación de músicos encabezada por Frank Zappa, llegó a
tener
que declarar en el Congreso, pero la iniciativa conservadora fracasaría
al ver
que los discos etiquetados como peligrosos eran los que más se vendían
llegando
a ser considerados como símbolos de libertad aquellos que llevaban el
mensaje «EXPLICIT LYRICS» frente a aquellos que no lo contenían. La
situación se
trasladaría, una década después, al mundo del hip-hop y el rap, donde los raperos
presumían de haber tenido un pasado en la cárcel y los que no lo habían tenido
llegaban a inventárselo para poder ser respetados por el publico.
Tras un periodo, donde el tema parecía
haberse olvidado, la irrupción de la banda de Marylin Manson
gracias a su álbum Antichrist Superstar, volvía a poner en el candelero la
relación satanismo y rock. Marylin Manson, educado bajo el catolicismo más
férreo, ya en los tiempos del instituto se había dado cuenta del éxito que
suponían aquellos discos prohibidos de los ochenta entre sus amigos, generando
todo un mercado de intercambio de los mismos entre sus compañeros. Años más tarde,
al fundar la banda, tenia bien claro que unos toques satánicos le darían una
popularidad gratuita necesaria para todo nuevo grupo; así, utilizó como productor
de su gran éxito Antichrist Superstar a Trent Reznor que se había hecho famoso
con su banda Nine Inch Nails tras grabar el disco The Downward Spiral
en la mansión donde había sido asesinada la mujer del director de cine Roman
Polanski, Sharon Tate, a manos de la secta satánica de Charlie Manson, del que
—además— había adquirido el nombre para su banda. Para alimentar más el mito, Marylin Manson se hizo ordenar sacerdote por la
Church of Satan ('Iglesia
Satánica') del reverendo Antón Lavey escritor de la famosa Biblia
Satánica, inspirada en textos de Nietzche y Aleister Crowley, que sugirió tantas
cosas a estos y otros grupos musicales.
Y, ¿qué decir de los embrujados por la
música rock? Se alocan escuchando música black metal o hard rock y
después se dedican a violar tumbas y robar huesos. Veamos sino el
testimonio de David Zanotti. David es un italiano de 30 años de edad que
le gusta llevar el pelo largo. Se dedica a coleccionar macabras
calaveras robadas en los cementerios. Desde los dieciséis años estuvo
obsesionado con la música satánica, escuchándola diariamente de 6 de la
tarde a 10 de la noche sin parar… Trastornado por estos ruidos, ingresó a
la secta Bambini di Satana (Niños de Satanás) por cien mil liras. En el
“bautismo” de iniciación, Dimitri, el líder del grupo, le ungió con su
propia sangre en Bolonia; después celebraron una misa negra… Durante
años se ha dedicado a presenciar todo tipo de sacrificios y orgías en la
secta, y a robar tumbas en los cementerios… Ahora está arrepentido y
pide perdón a los familiares de los muertos profanados. Una vida
destruida a los 30 años, y todo empezó con la música rock…
Dentro de lo que cabe Marco Dimitri sale económico para los iniciados
en el satanismo, porque la secta, también italiana, llamada Efrem del
Gatto cobra 8 millones de liras por tramitar la venta del alma al
demonio: seis para inscribirse en el grupo, y dos para ser bautizado. Y
en qué termina el jueguecito de la venta al diablo… El caso de Manuela
Cau, narrada por el periódico Il Tempo, puede iluminar un poco. Manuela
tenía 20 años y, tras algún tiempo en una secta satánica, la nombraron
sacerdotisa. Durante el mes de septiembre de 1996 intentó suicidarse
tirándose del segundo piso de la habitación en la que vivía. En este
caso todo quedó en un terrible susto y un trauma en el cráneo. Pero lo
que Manuela buscaba era morir para encontrarse con su esposo Satán…
De hecho, Dimitri, el líder de los Bambini di Satana, ha estado
arrestado en varias ocasiones por violación a jóvenes y abusos sexuales
de niños en sus ceremonias. Incluso le han acusado de sacrificios
humanos junto con otros dos líderes de la secta. Eso de los sacrificios
satánicos no es comedia. En España, el Gran Chingón, que así se llama el
líder de la secta la Hermandad de Satán, obliga a sus iniciados a
comerse un corazón humano sobre el cráter del volcán Santa Margarita,
cerca de Barcelona. Y en España se han detectado recientemente cuarenta
sectas satánicas. ¿De dónde saca el Gran Chingón los corazoncitos para
comer?
Esto es el satanismo. Esto hace el enemigo de los Hijos de Dios y, por lo tanto,
el enemigo de los hombres a ca en la Tierra. Ojalá que ni la curiosidad por el nuevo
satanismo, ni la atracción por la música metálica, ni el vacío
existencial, que hay en tu vida te
Tienten a seguir estos Grupos Satánicos, que tienen presa a una Generación
completa de Jóvenes y adultos, estimado amigo solo en Cristo esta la solución y
tu Felicidad
¡A
los puercos! Ése es el lugar de Satán, ése, y no el corazón de los
hijos de Dios.que Dios los bendiga hoy y siempre..
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