Los documentos del Secreto Vaticano que, a partir de  el 9 de septiembre, dejarán de ser secretos y se mostrarán en el Museo Capitolino de Roma son un tesoro jamás abierto al público, una auténtica maravilla. Y eso que apenas constituyen una parte minúscula de los 85 kilómetros de del archivo creado en 1612 —hace tan solo cuatro siglos— por el papa Pablo V Borghese.