La decisión supone un hito histórico hacia el pleno reconocimiento de la realidad homosexual por parte de las iglesias cristianas no católicas: se trata de la confesión luterana más importante de Estados Unidos, con casi cinco millones de fieles y cerca de 10.000 congregaciones.
La iglesia luterana estadounidense mayoritaria se une así a otras confesiones cristianas de ese país, como la iglesia episcopaliana (rama estadounidense de la confesión anglicana) que de hecho ya permite la ordenación de obispos y obispas. La decisión ha sido adoptada en la asamblea general que esta iglesia ha celebrado en Minneapolis por 559 votos frente a 441. Eso sí, la resolución aprobada da preferencia a los gays y lesbianas que mantengan relaciones estables, duraderas y monógamas.
El proceso por el cual se ha tomado esta decisión no ha sido precisamente un camino de rosas. Ya el pasado lunes la asamblea luterana tuvo que enfrentarse a un primer envite de su sector más conservador, que solicitó sin éxito que se cambiaran las reglas para que la decisión tuviera que ser aprobada por dos tercios en lugar de por mayoría simple.
Dos días después, la asamblea aprobó un documento de compromiso que admite que dentro de la iglesia puedan coexistir diferentes puntos de vista sobre las relaciones homosexuales, documento que evita, al menos por el momento, la posibilidad de cisma, y que allanaba el camino para la histórica decisión
