Los judíos observantes celebran una jornada de recogimiento al cumplirse el noveno día del mes hebreo de Av, en que se recuerda la desaparición del Primer Templo del rey Salomón y el Segundo renovado por Herodes.
En sus rezos los judíos cantan las llamadas "lamentaciones" ("kinot"), compuestas en la época medieval y que describen el sufrimiento de sus antepasados desde la destrucción del templo.
También se abstienen hoy de vestir ropas ostentosas en señal de humildad y duelo, y es costumbre no usar zapatos de cuero, sino de lona u otros materiales.
Las cafeterías, restaurantes y tiendas cerraron ayer sus puertas al caer la tarde para respetar la sagrada jornada, que en el judaísmo se inicia al anochecer del día anterior y finaliza al siguiente anochecer.
El Templo de Salomón fue destruido por el rey babilonio Nabucodonosor
Según una tradición religiosa, la destrucción de los templos fue un castigo divino por salirse el pueblo judío del camino que Dios le había dictado en la Torá y, sólo cuando regrese a él, serán reconstruidos.
Otras teorías atribuyen la destrucción de los templos a las divisiones espirituales y a las disputas políticas internas en el reino de Judea, que alentó las invasiones de los imperios de la época que destruyeron Jerusalén hasta sus cimientos. EFE y Aurora
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