Un día los líderes Filisteos sostuvieron una ceremonia religiosa para celebrar su victoria sobre su enemigo. Ellos trajeron a Sansón a el templo donde ellos estaban congregados, para que él pudiera entretenerlos. Una vez dentro del templo, Sansón le preguntó al sirviente quien estaba guiándolo que le muestre donde estaban los pilares, para que se pudiese apoyar en ellos. "Asió luego Sansón las dos columnas de en medio, sobre las que descansaba la casa, y echó todo su peso sobre ellas, su mano derecha sobre una y su mano izquierda sobre la otra. Y dijo Sansón: 'Muera yo con los Filisteos!' Entonces se inclinó con toda su fuerza, y cayó la casa sobre los principales, y sobre todo el pueblo que estaba en ella. Y los que mató al morir fueron muchos más que los que había matado durante su vida" (Jueces 16:29-30).
En un súbito momento, Sansón eliminó a todos los líderes Filisteos. Esto fué un gran retroceso en el conflicto con Israel. Fué un gran cambio. Desde éste tiempo hacia adelante, los Israelitas empezaron a ganar. Pero ¿habrá pasado realmente? ¿Podría un solo hombre destrozar un templo entero utilizando sólo sus manos? La arqueología nos ha proporcionado con algunas respuestas asombrosas.
Dos templos Filisteos han sido descubiertos por arqueólogos. Uno en Tel Qasile, en el norte de Tel Aviv, y uno en Tel Miqne, el antiguo Ekron, 33.6 Kilómetros al sur de Tel Aviv. Ambos templos comparten un diseño único--el tejado estaba sostenido por dos pilares centrales! Los pilares fueron hechos de madera y se apoyaban en bases de piedra. Si los pilares estaban aproximadamente 1.80 metros aparte, un hombre fuerte podría dislocarlos de su piedra base y así de ésta forma dejar caer el tejado entero al suelo. Los hallazgos arqueológicos concuerdan perfectamente con la historia Bíblica y atestan a la plausibilidad del hecho. Aunque Sansón tenía sus debilidades, él era un hombre de Dios y es enumerado en el Nuevo Testamento como uno de aquéllos "que por fé conquistaron reinos,... sacaron fuerzas de debilidad" (Hebreos 11:32-34).
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