En un México convulso y cada día más
sangriento, donde el valor de la vida se reduce a la nada, el culto a la
muerte ha hecho de la necesidad de fe una manera de vivir.
Hace 10 años, en un rincón del
barrio de Tepito, en el corazón de la capital mexicana, La Santa Muerte,
vestida a modo de las vírgenes católicas (aunque la Iglesia no reconoce
este culto), sale de "su hogar" e invade las calles congregando a miles
de seguidores.
Este altar de
Tepito se ha convertido en el centro de peregrinación más importante de
México. Multitud de personas de toda clase y condición se agolpan ante
la imagen, para rezarle primero a Dios y después a la Santa Muerte.
El culto de la Santa Muerte se
remonta, según los investigadores, a 1795. Se sabe que indígenas de un
poblado del centro del país, adoraban a un esqueleto al que llamaban
Santa Muerte y que estos ritos permanecieron ocultos en los dos últimos
siglos.
La crisis económica de
1995 expandió de forma explosiva este culto, tan fascinante para muchos
mexicanos como sorprendente para los profanos. A ojos de los incrédulos,
no se trata más que de un esqueleto humano, vestido con un manto. Sin
embargo, para sus fieles, La Niña Blanca, la imagen de la muerte, es su
máxima protectora. "Ella es la balanza de la vida, la que pone a cada
uno en su sitio, la que está siempre dispuesta a echarte una mano y a
sacarte de los muchos problemas cotidianos", nos cuenta un devoto de la
imagen.
La Muerte encabeza las
procesiones, seguidas por el fervor, la pasión y la devoción de los
fieles, que llenan por miles las calles. La portan con orgullo, la
bendicen con polvo de oro, la limpian con mezcal y la purifican con el
humo de diversas hierbas.
El
documental "La Niña Blanca" muestra un panorama antropológico excesivo y
contradictorio, casi imposible de entender si no se habita en un
México, lleno de sufrimiento en el que casi todo juega a la contra y
donde no se le teme tanto a la muerte, como se le teme a la vida.
Textos Biblicos..
Deuteronomio 4:16 no sea que os corrompáis y hagáis para vosotros una imagen tallada semejante a cualquier figura: semejanza de varón o hembra,
Deuteronomio 5:8 ``No te harás ningún ídolo, ni semejanza alguna de lo que está arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.
Deuteronomio 27:15 ``Maldito el hombre que haga ídolo o imagen de fundición, abominación al SEÑOR, obra de las manos del artífice, y la erige en secreto. Y todo el pueblo responderá, y dirá: ``Amén.
Levítico 26:1 ``No os haréis ídolos, ni os levantaréis imagen tallada ni pilares sagrados , ni pondréis en vuestra tierra piedra grabada para inclinaros ante ella; porque yo soy el SEÑOR vuestro Dios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario