Al menos otros tres párrocos recibieron amenazas de muerte y han sido extorsionados en la capital del estado, Chihuahua, según declaraciones del portavoz de la archidiócesis estatal, Gustavo Sánchez Prieto.
El vocero anunció que debido al temor de los feligreses y de los propios religiosos, el horario de las misas vespertinas será modificado para que las celebraciones comiencen antes.
"Es el vivo reflejo de la violencia que está sufriendo toda la comunidad, no sólo los sacerdotes, sino todos los ciudadanos", añadió Sánchez Prieto. "Es alarmante que la gente ya no pueda ir tranquila ni a misa, y mucho menos salir a divertirse".
El Obispo de la Diócesis de Ciudad Juárez, Renato Ascencio León, ya reconoció en 2009 haber recibido llamadas telefónicas con fines de extorsión. En la región del Valle de Juárez, un sacerdote de la parroquia El Porvenir fue amenazado de muerte ese mismo año por lo que decidió dejar la diócesis y huir hacia los Estados Unidos. Días después, la iglesia donde ofrecía misa fue incendiada por un presunto grupo armado.
En Ciudad Juárez, considerada la ciudad más violenta de México, al menos cien ministros de la Iglesia evangélica huyeron este año para no ser asesinados por los cárteles de la droga.
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