El Vaticano exhibe sus Joyas
Una colección de suntuosa joyería napolitana, que estuvo escondida
durante siglos y se estima que vale más que las joyas de la corona
británica, se puede visitar en Roma desde esta semana.
El "Tesoro de San Gennaro", los objetos preciosos donados en honor del
patrón de Nápoles, apenas ha abandonado la ciudad del sur de Italia y
durante siglos estuvo guardada bajo llave en un baúl, olvidada para el
mundo.
Las 70 piezas fueron transportadas bajo fuertes medidas de seguridad a
un museo situado en el centro de Roma este mes y estarán expuestas hasta
febrero.
El obispo de Nápoles San Gennaro fue martirizado en el siglo III y sigue siendo popular entre los católicos.
Miles de personas se congregan tres veces al año para ver cómo un vial
de su sangre coagulada se transforma en líquido, que creen es un milagro
que trae buena suerte a la ciudad.
Algunos napolitanos atribuyen el terremoto de 1980 que se cobró miles de
vidas a que la sangre del santo no se transformó en líquido, pero los
escépticos dicen que la licuefacción podría producirse al agitar el vial
o calentarlo con las manos.
En la década de 1520 cuando Nápoles sufría la peste, la guerra y la
erupción del monte Vesubio, los supervivientes prometieron construir una
capilla para el santo a cambio de que volviera su protección.
Un abogado puso por escrito la promesa, y el documento original, de
1927, está expuesto en la entrada de la muestra en la Fondazione
Roma-Museo.
La exposición incluye una pieza que se considera uno de los objetos de
joyería más preciados del mundo: el collar de San Gennaro, que se
comenzó a fabricar en 1679 para adornar un busto de oro y plata que
contiene el cráneo del santo.
Otras piezas ornamentales de joyería fueron forjadas a lo largo de los
siglos para componer el collar, como una cruz de diamantes y esmeraldas
donado por el emperador francés Napoleón y muchos regalos de monarcas
que datan de la época en la que el Reino de Nápoles era un potencia.
"Este collar cuenta la historia de Europa", dijo Paolo Jorio, director
del museo de Nápoles donde la colección habitualmente se guarda.
El collar incluye unos pendientes relativamente humildes, la única
posesión de un plebeyo que sobrevivió a la peste en 1844 cuyos herederos
donaron la reliquia al santo.
Otra de las piezas centrales es una mitra dorada, que fue encargada para
coronar el busto del santo en su procesión anual y está compuesta por
32.300 diamantes y cientos de rubíes y esmeraldas, que fueron donados en
diferentes momentos.
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