Actualmente y dentro del mundo
cristiano, México es el país que más pedidos de exorcismo reporta.
Muchas veces las personas no están poseídas sino oprimidas, pero casi
nadie duda en afirmar que México está muy influenciado por Satanás y sus
fuerzas, principalmente por el macabro culto a la Santa Muerte (adorada
hasta con sacrificios humanos por los narcos), y la brutal violencia de
los narcos, que decapitan gente y la filman, torturan, descuartizan,
dejan cadáveres en las calles o colgados de los puentes. No sorprende
así que, si los místicos judíos tenían razón y los actos buenos aumentan
la presencia de Dios y los malos la disminuyen, el Diablo esté hoy muy
presente en México pues, como dicen los demonólogos, "está donde obra".
Desde que en el 2006 el presidente
mexicano Felipe Calderón le declaró la guerra a los carteles de la
droga, más de 70000 personas han muerto hasta la fecha como consecuencia
de la brutal violencia de los narcos. Al respecto, el sacerdote Carlos
Triana dice lo siguiente: "Detrás de todos estos enormes males hay un
agente oscuro y su nombre es el Demonio. Así como Adolfo Hitler era la
encarnación del Diablo, poseyéndolo y dirigiendo sus acciones, también
creemos que el Diablo está detrás de los carteles del narcotráfico
(...). El Señor quiere que establezcamos aquí un ministerio de exorcismo
y liberaciones para justamente luchar contra el Demonio"
La opinión del cura Triana tiene
bastante respaldo, aunque las cosas se han llevado con cierta discreción
porque muchos sacerdotes están conscientes de que el Diablo no es el
culpable de todas las atrocidades del México actual: es solo una fuerza
que intenta entrar en nosotros, y lo consigue solo cuando accedemos, sea
que creamos o no en su existencia, aunque la mayoría de narcos si creen
y eso podría verse reflejado indirectamente en el hecho de que piden
ayuda a la Santa Muerte y no a la Virgen porque saben que ésta última no
los ayudará dándoles protección para delinquir impunemente.
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Volviendo a la cuestión de las
posesiones, los sacerdotes dicen que la demanda de exorcismos no tiene
precedentes, que cada día hay nuevos casos de gente que dice estar
poseída, oprimida o influida, por lo que a diario hay personas que son
sometidas a sesiones de exorcismo o de liberación, siendo mucho más
frecuente lo segundo. Y es que, al parecer del padre Francisco Bautista,
"la posesión completa es algo que requiere de un exorcismo mayor, pero
son caso más raros y que necesitan ser llevados ante un obispo".
Lo que el cura Bautista dice, tiene su
razón de ser en el hecho de que la Iglesia ha tomado conciencia de que
muchas supuestas posesiones son en realidad fenómenos de trastorno
psiquiátrico, cosa a la que el psiquiatra Ismael Vásquez se refiere en
estos términos: "Hay dos escenarios que explican lo que es una posesión:
el primero es la epilepsia, que hace que las personas tengan
convulsiones y vomiten; y el segundo es la esquizofrenia, que tiene una
explicación neuorológica y bioquímica, que hace que las personas tengan
visiones, o vean imágenes que no existen, lo que las hace pensar que han
visto al Diablo (...).Para algunas personas que sufren de esto es más
simple pensar en una posesión que en la explicación médica, pero el
exorcismo no es necesariamente algo que les haga daño, más bien puede
ayudar a calmar, darles contención; pero debe estar acompañado de
medicación y supervisión médica"
.El papel de los narcos
La maldad generalmente es obra del
propio sujeto, según admiten en su mayoría los demonólogos actuales. No
obstante, cuando esa maldad llega a un punto que ya no parece natural
(como la que brota del egoísmo), puede pensarse que hay algo de
influencia espiritual por parte de las Fuerzas del Mal, ya que éstas se
ven atraídas por los actos de extrema crueldad, y teóricamente los
demonios pueden inducir emociones y pensamientos, e influir más cuando
menos libre sea el sujeto a la hora de obrar.
En el caso de los narcos
mexicanos, se sabe que son prácticamente la imagen por excelencia de la
violencia en el mundo occidental, y sus acciones, a través del internet,
han llegado a tener una influencia a nivel internacional, haciendo
consciente a la gente común de cómo el crimen organizado puede, en las
medidas que toma para defender sus intereses económicos, caer en un
sadismo desnaturalizado, cínico, que sobrepasa los criterios de utilidad
en su propósito de sembrar temor, y cae en una espectacularización de
la violencia que refleja la aparente paradoja de una civilización que,
teniendo un sistema económico teóricamente orientado al progreso
material y la sincronía de los agentes sociales, encarna valores que
conducen a un nihilismo deshumanizante que suele estallar en fenómenos
que muestran la destrucción del carácter civilizado de la convivencia o,
en otras palabras, que ilustran la destrucción esporádica de lo
civilizado dentro de la civilización, a causa de la presencia, en el
seno de ésta, de una mentalidad cuyas prácticas tienden a extremarse en
una especie del retorno a la ley de la selva y por tanto en una
reaparición del animal-humano, no ya en su inocente versión de la época
de las cavernas, sino en una nueva versión donde esa animalidad
sobrepasa lo esperable en virtud de las leyes naturales, cayendo en una
monstruosidad moral que permite pensar, desde la perspectiva religiosa,
en la presencia de una siniestra influencia sobrenatural.
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En cuanto a los ejemplos, podemos ver a
Gonzalo, quien pasó de policía a sicario de narcos, y eso lo convirtió
en un sádico, según se ve en estas palabras suyas: "Aprendes torturas,
sí, muchas. Ciertamente gozaba uno haciéndolo. Nos reíamos del dolor de
las personas, de las formas que las torturamos. Brazos cortados,
decapitaciones. Esa es la más fuerte verdad. Decapitas a alguien sin
sentir ningún sentimiento, ningún temor".
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Más
escalofriante aún resulta la historia real contada por un sacerdote, en
la que una mujer de Michoacán tenía la imprudente costumbre de andar
hablando mal de los narcos de la zona. Lo que ocurrió se vuelve
espeluznante cuando se considera que esta mujer era una simple vendedora
de Pozole (sopa de maíz a la que se agrega cerdo o pollo), y que un día
unos hombres le encargaron un pozole para una fiesta, diciéndole que
vaya, pero que lleve la sopa sin carne porque ellos le pondrían su
carne. Cuando la mujer llegó, los hombres le mostraron una bolsa y le
dijeron que allí estaba la carne para la sopa. Dentro de la bolsa, ni
había pollo ni había cerdo: lo que vio fue a su hijo muerto, cortado en
montón de pedazos, junto a un mensaje que le pedía cerrar la boca...
Bien se ve que los ejemplos dados dan
cuenta de una maldad poco común en los narcos mexicanos, pero la
influencia demoníaca en esa maldad está potenciada por el culto a la
Santa Muerte que los narcos tienen, y que ha sido documentado por la
Procuraduría General de la República.
Esa relación entre los narcos y la Santa
Muerte habría empezado hace aproximadamente ocho años y, a decir del
periodista Gil Olmos: "Tiene mucha presencia de los jefes para abajo.
Estas personas buscan a la Santa Muerte porque creen que ni Jesús ni la
Virgen María los puede ayudar con lo que necesitan: protección de los
soldados, la Policía y sus enemigos".
En el caso de Los Zetas, que son uno de
los carteles más temidos y atrevidos a la hora de filmar sus ejecuciones
que hasta con sierra eléctrica se hacen, hubo testimonios, por parte de
ex zetas que fueron detenidos en USA, según los cuales el cartel al que
pertenecen tiene miembros que han hecho rituales y sacrificios humanos
en honor a la Santa Muerte, estando entre esos tributos el joven Alfonso
Avilés, que supuestamente perteneció al Cártel de Sinaloa y, cuando fue
capturado por Los Zetas, sufrió terribles torturas y acabó boca arriba
con el vientre abierto, de donde sacaron sangre que pusieron en una copa
para brindar por la venerada calavera...
Por último, cabría mencionar el caso de
un narco adepto a la Santa Muerte, que fue visitado en prisión por el
"Padre Caro". Según el sacerdote, el narco empezó a expresar odio y
rechazo apenas lo vio, no por su persona en sí, sino por la religiosidad
que representaba, siendo el rechazo a lo sagrado uno de los rasgos
distintivos de los poseídos u oprimidos por el Diablo. A decir del
propio Padre Caro sobre el narco: "Él estaba encargado de cortar en
pedazos a las víctimas. Lo hacía mientras aún estaban vivas. Y decía que
disfrutaba verlos llorar. Ellos le decían ʻ¡no lo hagas, no lo hagas!ʼ,
y él simplemente se reía y chop, chop... A otros los quemaba. También
vivos (...).El culto es el primer paso hacia el satanismo y de ahí al
narco. Por eso fue escogido para hacer ese trabajo".
Culto a la Santa Muerte y abortos legalizados
El
padre Francisco Bautista, al igual que muchos sacerdotes católicos,
piensa que el culto a la Santa Muerte tiene un rol capital en la fuerte
influencia demoníaca que vive México actualmente. En esa línea de
pensamiento, el vocero de la Arquidiócesis Primada de México, sacerdote
Hugo Valdemar, dice que: "Esto no es un juego, ni la muerte es una
deidad divina, detrás de ese culto hay algo diabólico y la gente debe
tener mucho cuidado. Detrás de esto está el reino del Maligno y la gente
puede ser víctima de una posesión diabólica".
Naturalmente, las opiniones del clero
podrían parecernos algo exageradas si damos demasiada importancia a
disparates como que el yoga es satánico (Gabriel Amorth, gran exorcista
de Roma, cree eso...), como que "el rock" atrae hacia el satanismo
(dicen eso cuando existen grupos de metal explícitamente satánicos), o
que el New Age es una secta que tiene doctrinas influenciadas por el
Diablo. Sin embargo, el caso de la Santa Muerte es diferente, es algo
que teológicamente tiene sentido, porque en la Biblia hay una asociación
esencial entre la muerte y el pecado pues: 1) la muerte entró en el
mundo gracias al pecado, 2) la muerte es la paga del pecado, no solo por
el primer punto sino porque el pecado mortal puede privarnos de la vida
eterna, y esto es la muerte espiritual eterna, pues la muerte
espiritual es separación de Dios, 3) la muerte forma parte de los
dominios del Diablo, debido a que la muerte espiritual (separación de
Dios) es el fin primero de la acción demoníaca. Por ello, desde el
cristianismo es innegable que la muerte está intrínsecamente vinculada
al mal y al Diablo; pero, además, el carácter satánico de la Santa
Muerte se ve reforzado por estos puntos: 1) la gente frecuentemente le
pide cosas malas, como que haga sufrir a alguien o lo mate, o que
otorgue protección para que uno no pague las consecuencias de sus
delitos o malas acciones , 2) muchísimas personas afirman que la Santa
Muerte les ha cumplido sus peticiones, pero que siempre pide algo a
cambio y castiga duramente a quien no cumple, siendo esto diferente al
caso de los santos, que dan sin exigir, y si uno ofrece y no cumple,
simplemente no recibe, pero en ningún momento el santo castiga... 3) la
Santa Muerte es un caso de verdadera idolatría, 4) la imagen de la Santa
Muerte es macabra y tiene connotaciones que mueven la mente de quien la
contempla hacia el mal, el sufrimiento y la destrucción, 4) Adorar a la
Santa Muerte es adorar a la personificación de aquello de lo cual trata
de alejarnos el cristianismo en su fin primero, que es acercar a la
persona a Dios, pues lo contrario es alejarse de Dios, y el fruto último
de ese alejarse es separarse, que viene a ser la muerte espiritual y
por tanto uno de los aspectos de la Santa Muerte. 5) El culto a la Santa
Muerte es blasfemo hasta en el nombre de aquello que venera, porque la
Muerte está asociada al mal, y por tanto llamarla "santa" es más que un
simple error, es atribuir a algo del Diablo una característica de lo que
es propio de Dios, y eso constituye una de las expresiones del llamado
"pecado contra el Espíritu Santo", que es el único pecado que "no tendrá
perdón ni en esta vida ni en la otra".
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Bien, queda así demostrado que el culto a la Santa Muerte es satánico.
Esto podría no haber tenido las consecuencias que tuvo, pero no fue así
dado que el culto tiene unos ocho millones de seguidores, entre los que
se cuenta a narcotraficantes y sicarios que solicitan la ayuda de la
cadavérica deidad para no ser asesinados, arrestados, o castigados de
algún modo, ofreciéndole incluso sacrificios humanos en su adoración.
Según refiere el periodista José Gil Olmos sobre este culto, se inició
en el siglo XVIII y "la mayor presencia se observa en los estratos más
pobres de la sociedad mexicana", aunque sus seguidores "crecieron en
particular después de la crisis económica de los años 90, tras el
llamado ʻEfecto Tequilaʼ, cuando muchas personas de clase media
terminaron en la miseria, y en busca de esperanza terminaron en cultos
como éste.".
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Finalmente, los sacerdotes también creen que la legalización del aborto
(hecha en el 2007) ha tenido gran influencia en la propagación e
intensificación de la influencia demoníaca en México. A diferencia del
culto a la Santa Muerte, esto no tiene tanto fundamento bíblico y se
basa más bien en las interpretaciones que la Iglesia Católica ha hecho
de la Revelación, siendo esto relativo en gran medida. Además, en este
caso hay una figura puntual en el asunto: Gabriel Amorth, el mayor
exorcista católico, que no ha dudado en tachar a Harry Potter de
"satánico" por promover la brujería; y ahora, después de exorcizar a un
hombre mexicano con el que ningún exorcista anterior había podido,
diagnosticó que el hombre estaba poseído por cuatro demonios, y que eso
era "una venganza del Demonio contra los obispos mexicanos porque no se
opusieron al aborto como debían haberlo hecho", a causa de lo cual el
hombre "sólo será liberado cuando los obispos mexicanos se arrepientan y
hagan penitencia por no haber intervenido más en esa cuestión".
¿Qué enseña la Biblia sobre el exorcismo?
LA BIBLIA HABLA DE ELLO
En una entrevista con el pastor Timoteo
Figueirido explica cómo el diablo y los demonios actúan en el mundo y
pueden llegar a poseer a una persona, de acuerdo a lo que se cuenta en
la Biblia.
Los
demonios - “se llaman espíritus inmundos o impuros” - son “seres de
naturaleza espiritual e invisibles”, también conocidos como “ángeles
caídos” puesto que siguieron a Satanás en su rebelión contra Dios, su
creador. “Son de carácter inmortal, son poderosos, superiores al poder
de un ser humano, y tienen personalidad”, dice el pastor Figueirido.
La obra de los demonios en las personas no es una explicación temporal
que la Biblia de a las enfermedades que, por el desarrollo de la
medicina y la ciencia, no se pudieran explicar en la época de los
relatos evangélicos. Entiende Figueirido que esto es “difícil de aceptar
para una persona que no crea en Dios, en el mundo espiritual, que
siempre dirá que cualquier manifestación es una enfermedad”.
SABER DIFERENCIAR
Desde la medicina se apunta que muchos de los casos de posesión se
pueden explicar como un trastorno de identidad disociativo o epilepsia. Sin embargo “los pasajes bíblicos hacen distinción entre enfermedad y posesión. No se mezcla. En Mateo dice que Jesús curaba a endemoniados, epilépticos y paralíticos, haciendo una distinción clara”.
Pero entonces, ¿cómo identificar una posesión de una enfermedad? “Lo
que es distintivo – dice Figueirido – es la respuesta ante la mención
de Cristo. Podemos saber que es un problema espiritual cuando reaccionan
violentamente ante este mensaje. Además una persona poseída no responderá a los tratamientos que le estén dando los médicos”.
EXORCISMOS
La
Iglesia Católica ha popularizado la idea de que el exorcismo sólo puede
ser realizado por una persona específicamente preparada para ello a
través de ciertos rituales. Sin embargo, la forma de enfrentar los
demonios en la Biblia es bastante más sencilla y directa.
“Los apóstoles y Jesús sacaban los demonios con unas palabras.
No hay un ritual. Con una orden la persona queda liberada. Los apóstoles
hicieron lo mismo, y lo hacían en el nombre de Jesús. No hay un
enfrentamiento, ni discusión, ni reprensión, ni insultar a los
espíritus” apunta Figueirido intentando romper con toda la imaginería creada alrededor del exorcismo.
Pero este pastor evangélico va más allá, explicando que
en
realidad “la palabra 'exorcismo' sólo aparece en Hechos 19:13 y se
refiere a personas que no eran cristianas que practicaban un exorcismo
ambulante”. Se trata por tanto de un concepto heredado de otras
tradiciones culturales o religiosas que no tienen lugar en la Biblia.
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En caso de que
un
cristiano enfrente la circunstancia de estar ante una persona poseída
por un demonio no necesita, por tanto, tener un cargo específico, ni
siquiera una preparación. “Se nos llama a que, como discípulos,
podamos ejercer ese poder de echar demonios en el nombre de Jesús”,
porque “no somos nosotros quienes tenemos poderes, es el Espíritu de
Dios. El siervo de Dios actúa en el nombre de Jesús para expulsarlo”.
El único requisito que presenta la Biblia es tener fe.
“Jesús
recriminó a sus discípulos en un momento que no fueron capaces de sacar
un demonio porque no tuvieron fe. Se requiere fe para que uno pueda
expulsar a un demonio de otra persona”, afirma Timoteo Figueirido.
"LA VICTORIA ESTÁ EN JESÚS"
José de Segovia, teólogo y periodista, es el escritor de 'Ocultismo: parapsicología o fraude'. En él explica los orígenes de algunos movimientos de lo oculto y su auge en la actualidad. Este autor,
en un artículo sobre la película 'El rito'
- que trata el asunto de las posesiones y el exorcismo - explica que “
lo único que hace el exorcista (católico) son rituales con crucifijos,
estampas, agua bendita, velas, conjuraciones y rosarios... Nada de esto
tiene poder contra el diablo, según la Escritura. Jesucristo y los
apóstoles se enfrentan con demonios, pero no recurren a ninguna fórmula
para dominarlos”.
El teólogo explica que la doctrina bíblica enseña que Cristo “ha vencido” a Satanás y a los demonios, por lo que un creyente “no puede ser poseído”. Por
lo que “cuando somos salvos por la obra de Cristo, somos librados de la
potestad de las tinieblas (Colosenses 1:13-14). Somos atacados por el
diablo, pero tenemos seguridad en Cristo (Romanos 8:37). El maligno no
puede tocar a un hijo de Dios (1 Juan 5:18), porque no puede deshacer su
obra. El Señor nos protege con su fidelidad (2 Tesalonicenses 3:3)”.
En esto coincide también Figueirido, que agrega que l
a mejor
protección que podemos tener ante el diablo es “como dice Santiago 4:7
someternos a Dios, resistir al diablo, y este huirá. Teniendo firmeza en
Cristo, los demonios huyen. Tener a Cristo – concluye - en la vida es
lo principal para protegerse”.
Aunque hay poder en Satanás y en los demonios, la Biblia afirma que el poder de Cristo es mucho mayor. Por ello
afirma
José de Segovia que quien quiera “ser libre” de toda amenaza espiritual
debe “confíar en la obra de Jesucristo, que da la victoria frente al
mal. Ya que 'despojando a los principados y las potestades, los
exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz' ( Colosenses
2:15). ¡ No tengas miedo! , pero no por la fuerza de un ritual, sino por
la obra de Cristo Jesús, que ha vencido en la cruz”.
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