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¿Por qué los seres humanos tienen muchas preguntas sin respuestas?


Esta es una manera de saber lo que un mundo lleno de interrogantes vive los días al filo de la violencia, la maldad  la inflación y los problemas sociales que los gobiernos no dan solución.
Me Pregunto Por qué se genera violencia
ESTE asunto se está convirtiendo en un tema de conversación frecuente en la vida cotidiana ya que forma parte de nuestro entorno. No hay día en que los medios comunicación no recojan casos de agresividad, delincuencia y malos tratos e incluso, hay épocas del año, en que los telediarios se asemejan a un noticiario de sucesos.

Parece inconcebible que los delitos dentro de la célula familiar aumenten sin cesar: ¿Cómo es posible que una madre llegue a matar a sus cinco hijos incluso con premeditación, o que un individuo asesine a veinticinco seres humanos y no sólo no se arrepienta sino que disfrute de ello y lo comunique públicamente? Decididamente vivimos en una sociedad enferma que necesita con urgencia un examen, un diagnóstico y una terapia pues de lo contrario se hará realidad aquello que decía Hobbes:

«El hombre es un lobo para el hombre». Reflexionando sobre todo esto llego a la conclusión de que si cuando nacemos no somos violentos ¿qué nos va ocurriendo para ir perdiendo poco a poco la humanidad? ¿Será el sistema de socialización que nos incita a la ambición económica y política a toda costa? Puede ocurrir que el ritmo del progreso, sobre todo tecnológico, sea tan frenético que no lo podamos asimilar y origine ansiedad por el consumo inmediato, lo cual nos va cambiando la mentalidad convirtiéndonos en seres que viven más hacia fuera que hacia dentro:

La vida es una carrera de acumulación de riqueza para comprar y comprar cada vez más desembocando en un consumismo sin ton ni son que produce un gran crecimiento económico que no va equilibrado con un desarrollo ético y cultural. Por otra parte, nuestros niños se van educando en este ambiente vertiginoso, sin tiempo para disfrutar de la vida en familia, encerrados en sus juegos electrónicos, con los deseos cubiertos al instante y con una educación muy permisiva tanto en casa como en la escuela, donde el maestro está maniatado en su autoridad por un sistema educativo y político acomplejado todavía con los fantasmas del pasado que confunden autoridad con autoritarismo. Además las creencias y los valores están en decadencia con la complicidad de nuestros gobernantes, muchos de los cuales adoptan ese tipo de vida, de  preocupado por el cuerpo, el dinero y el poder y al que no le importa cambiar de pareja o de móvil o de automóvil Este ejemplo de los adultos está haciendo un gran daño a nuestros jóvenes que descubren la hipocresía de una sociedad que, a pesar de tener todo lo necesario e incluso más para ser feliz, se está destrozando psíquicamente. Así pues, esta sociedad, usted y yo, es violenta, lamentablemente alentada por la T.V.

(no hay más que ver los programas de éxito). Esa agresividad la sufrimos en la calle, en los espectáculos deportivos y hasta en los debates de las comunidades de vecinos. Esta falta de respeto es también cada vez mayor entre los políticos. La violencia se ensaña con los menores, las mujeres y los más débiles del tejido social. Un dato preocupante más: cerca de un 40 por ciento de los padres no se atreve a regañar a sus hijos, porque tiene miedo. Por tanto, si sabemos cuál es el problema y las causas ¿Por qué la solución es tan complicada?

La Paz en Cristo

 “Jesús dijo: La paz os dejo mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da” Juan 14: 27 El mundo está viviendo unos momentos de mucha tensión y miedo por las cosas tan horribles que están sucediendo en diferentes lugares; guerras, terremotos, huracanes, actos terroristas tantas cosas que tienen a la población al borde del pánico y la confusión.


Estas cosas no están en nuestras manos el poder resolverlas y tenemos que estar en espera de lo que pasará. Mientras tanto las personas se llenan de preocupación y de ansiedad lo cual la llevan a perder la ecuanimidad y la paz de su vida.
El mundo no da paz, porque carece de ella, lucha por la paz, negocia la paz pero no llega a una paz permanente, porque es mucha la vanidad y el egoísmo en el que vive.
¿Cómo hallaremos la paz? ¿Es posible vivir con paz? -Sí, es posible siempre que nuestra confianza esté puesta en Jesús, El vino a traernos paz; no la paz del apaciguamiento, ni del compromiso, ni de la conformidad. Es una paz espiritual que Jesús da a aquel que cree y confía en El.
En ninguna parte de la Biblia se habla de la vida cristiana como un lecho de rosas. Pero Jesús dijo que en medio de nuestros problemas y dificultades el estará presente para darnos gracia y paz.
Si podemos confiar en Cristo ¿por qué permitir que los afanes de la vida nos impidan la paz? Si nos ponemos a meditar en cuántos son los momentos en que nos sentimos contentos, felices, alegres y optimistas con deseos de luchar y de vivir podemos ver, que no son muchos, que son más los momentos tristes y desalentados que los felices y alegres y eso no es bueno.
Tenemos que reflexionar y darnos cuenta que nosotros mismos somos los responsables por sentirnos así y por dejar que los afanes del mundo dominen nuestra vida, y así, nunca podremos alcanzar la paz que Cristo nos brinda.
“Jesús dijo: La paz os dejo mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da” Juan 14: 27
Debemos aprender día a día a mantener nuestro pensamiento en Cristo, y así las preocupaciones, ansiedades y problemas del mundo pasarán y no nos afectarán, porque en nuestro corazón solo queda la perfecta paz de Dios.
¡Dios les bendiga!
Amén

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