Ya el finado Karol Wojtyla, es decir, Juan Pablo II habló de ello, cuando postulaba acerca de traer las soluciones a los problemas de este mundo: La construcción de un NUEVO ORDEN INTERNACIONAL. El lo dijo así:
Sólo si la humanidad está unida, dijo, podrá afrontar "tantas amenazas actuales", entre las que mencionó el terrorismo, la pobreza, la proliferación de armas, las epidemias y la degradación del medio ambiente.
El que se sienta en el trono del Vaticano, enseña a la humanidad entera, a que deposite su confianza en la misma humanidad, diciendo que la solución está en el establecimiento de un Nuevo Orden Mundial
.
La influencia de la francmasonería se haría patente desde el principio en todos los ámbitos del naciente estado norteamericano, modelando sus componentes ideológicos y políticos e inspirando buena parte de su simbología.
Inmediatamente después de proclamar la Declaración de Independencia, el Congreso reunido en Filadelfia adoptó una resolución encargando a John Adams, Benjamín Franklin y Thomas Jefferson la confección del sello oficial del nuevo Estado.
Finalmente fue aprobado el diseño definitivo propuesto por el secretario del Congreso, Charles Thomson , maestre de una logia masónica de Filadelfia dirigida por Benjamín Franklin .
El reverso de dicho sello no es, sino una trascripción de la simbología iluminista . En su parte central figura una pirámide truncada de trece escalones, el último de los cuales contiene una fecha escrita en caracteres romanos: MDCCLXXVI, esto es, 1776. Coronando la cima de la pirámide aparece un triángulo radiante con un ojo en su interior.
Tal ideograma era el símbolo de los Illuminati , y el que figuró en las portadas de los textos jacobinos más radicales durante la Revolución Francesa. El reverso del Gran Sello (The Great Seal) incluye también dos leyendas, una en su parte superior, circundando el triángulo, que reza "Annuit Coeptis" , y otra en su parte inferior, que circunda la base de la pirámide y dice "Novus Ordo Seclorum" .
Debajo de la extraña pirámide, se lee en latín (¡¡¿por qué en latín?!!): “ NOVUS ORDO SECLORUM ”, que se traduce por: “NUEVO ORDEN DE LOS SIGLOS” o, “NUEVO ORDEN DE LOS TIEMPOS”. Como podrá apreciarse, las referencias a un “Nuevo Orden” y a una “Nueva Era”, tan recurrentes a todo lo largo de la época moderna, no son nada nuevas. Esta frase, tomada del filósofo romano Virgilio, es interpretada en su sentido más superficial como una equiparación del Estado norteamericano con la antigua Roma Imperial. Pero en la simbología iluminista (véase Illuminati ), la leyenda en cuestión no se refiere a nada de eso, sino a la "Nueva Era de Acuario " , que habría de suceder a la Era de Piscis o Era Cristiana.
Por lo tanto, ese “ Novus Ordo Seclorum” (Nuevo Orden de los tiempos) está estrictamente ubicado en una próxima era de negación absoluta de todo lo que implica Dios.
Otra acepción del término “NOVUS ORDO SECLORUM ”, implica el carácter humanista y anti-Dios de este “Nuevo Orden”. Podríamos, por tanto, traducirlo por: “Sin Dios, profano, secular, humanista, anticristo”. Es decir: De la humanidad para la humanidad, descartando al verdadero Dios, pero declarando el levantamiento de un hombre que se atribuirá, y le atribuirán, absoluta naturaleza divina. Ese será el Anticristo de la Biblia (Ap. 13; 19: 20); el modelo del hombre-Dios que el mismo diablo mentirosamente inculcó a Eva en Génesis 3: 4, 5.
Ahora bien, ¿Ese ojo encerrado en el triángulo que corona la pirámide egipcia, es el ojo de Dios; del Dios verdadero? La respuesta es un rotundo ¡No! Dios no tiene un solo ojo; la Biblia dice que Dios tiene ojos, en plural, (Prov. 3: 4; Esdras 5: 5). Los que se mueven en el mundo de lo oculto, saben que ese es el “ ojo de Horus ”, el ojo de Lucifer.
El triángulo es a su vez un símbolo ocultista. El propietario de ese ojo no es sino el mismo que se hace llamar engañosamente “el gran Arquitecto del universo”, y no es otro sino el mismo Satanás. En los últimos tres grados de la masonería, (Sabios, Elegidos y Adeptos), conocen los integrantes de los mismos a quien sirven realmente. No es al verdadero Dios, sino a Lucifer.
Así pues, cuando en el Sello Oficial de los Estados Unidos aparece “ Annuit Coeptis ”, es decir: “ Él ha favorecido nuestra empresa ”, ese “él”, refiriéndose al ojo del triángulo, no es Dios, sino el mismísimo Lucifer.
Ese mismo ojo luciferino, es sin ambages un símbolo de la masonería, así como un símbolo adoptado por la iglesia de Roma. Lo podemos encontrar entre otros muchos lugares, en la iglesia de Nazaret, en Tierra Santa; encima de la cruz de Cristo está la paloma representando al Espíritu Santo, y encima de éste hallamos el triángulo con el ojo en el centro. Ese ojo en el triángulo, que pretende representar a Dios Padre, aparece como más poderoso que Cristo y que el Espíritu Santo, pero no es Dios Padre. Ese ojo no es el de Dios Padre, sino el “ojo de Horus ”, en realidad, el propio Satanás, antiguo Lucifer. Todo ello redunda en una colosal blasfemia.
La intención de Loyola era que los Illuminati fueran capaces de llegar a controlar la economía mundial, la banca internacional, las fuerzas militares; así como a ser maestros en toda suerte de poder de la brujería, controlando las religiones del mundo, con la finalidad de que la humanidad entera se arrodillara y sirviera al papa de Roma. Según Rivera, la Orden trabaja con los brujos a nivel mundial. No en vano la Biblia nos dice que la gran ramera de Apocalipsis 17, es la “madre de las abominaciones de la tierra”.
Cuando empezó a divulgarse que Loyola había fundado los Illuminati, los jesuitas hicieron que otro miembro fiel llamado Adam Weishaupt (jesuita bajo el juramento extremo e inducción), fingiera dejar la Orden Jesuita y afirmara ser el originador de los Illuminati en Baviera, el 1 de mayo de 1776. Esto fue hecho para que el mundo creyera que no existe conexión entre los Illuminati y el sistema católico romano.
El 1 de mayo, llamado en inglés “May Day”, es el día en que los brujos y satanistas tienen una de sus principales festividades anuales, así como los comunistas y socialistas vindican sus demandas en enormidad de actos públicos, de todos sabido.
Ahora bien, recuerden la fecha que consta en la base de la pirámide: 1776. La supuesta misma fecha del nacimiento de los nefastos Illuminati; ¿coincidencia?; no.
1. Un Nuevo Orden político Mundial
2. Un Nuevo Orden económico Mundial.
3. Un Nuevo Orden legislativo Mundial.
4. Un Nuevo Orden militar Mundial.
5. Un Nuevo Orden religioso Mundial.
En otras palabras, una dictadura a escala mundial…
Ocupando los lugares más altos en los gobiernos internacionales, Parlamento Europeo, iglesias, y demás instituciones a nivel global, los Illuminati (recuérdese: Los Jesuitas), a través de entre otros medios, un sin fin de sociedades secretas denominadas “ 1000 points of light ” (1000 puntos de luz), y es imposible averiguar acerca de todas ellas, están guiando al mundo globalizado hacia su “ Novus Ordo Seclorum ” (Nuevo Orden Mundial); y aquí tenemos a los dos últimos jefes del Vaticano anunciándolo a bombo y platillo, como la solución esencial para la supervivencia del planeta, y de la humanidad.
Más concretamente, los objetivos de “la Orden”, se conocen; y son seis:
1. El establecimiento de un Nuevo Orden Económico Internacional, controlado directamente por una Junta Mundial, con dos únicas monedas: El Euro y el Dólar americano.
2. El establecimiento del que, sólo en apariencia, será un gobierno democrático único mundial; sin embargo, estará controlado absolutamente bajo “la Orden”.
3. La conquista y sujeción por medios económicos de las dos superpotencias; EEUU y Rusia.
4. El establecimiento de los Estados Unidos de Europa (Unión Europea), la que será el imperio dominante en el único gobierno mundial.
5. La introducción del dirigente supremo mundial (alias Bestia Anticristo, Ap. 13), para presidir el único gobierno mundial.
6. El establecimiento de una sola religión mundial que coordinará todas las religiones de la tierra bajo un supremo pontífice (alias Falso Profeta, Ap. 13), paralelo al supremo dirigente político mundial.
Todos estos objetivos están ya prácticamente conseguidos de hecho, salvo el entronamiento de los dos dirigentes supremos mencionados; y esto se hará una vez la verdadera Iglesia de Jesucristo haya sido arrebatada de este planeta, con la consiguiente resurrección de los muertos en Cristo. Como podemos ver, y por otra parte, estamos extremadamente cerca de tal evento (1 Ts. 4: 13-18)
Por ello, los verdaderos cristianos, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, debemos vivir en este tiempo de manera sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, porque nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas, (Ti. 2: 12, 13; Fil. 3: 20).
Y después, regresaremos con Cristo, el León de la tribu de Judá, a establecer el verdadero, justo y santo “Nuevo Orden Mundial”; es decir, el Milenio (Ap. 20), el Reino prometido a Israel.
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