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Documental de Univisión “La amenaza Iraní”Algo Grande viene, las Grandes potencias lo confirman el “REY” retorna Ergio pueblo que la Redención esta acerca! (Videos)

Según informa Univisión, Irán ha penetrado América Latina con ayuda del presidente venezolano Hugo Chávez. Habla de los acuerdos firmados entre Irán y Venezuela que van desde la materia militar, nuclear, económica, hasta de construcción de viviendas, pero agrega que estos “acuerdos” van más allá.
Indica que diplomáticos de Irán y Venezuela, estarían presuntamente preparando un ataque cibernético a la Casa Blanca, el FBI, el Pentágono y plantas nucleares. Durante meses, periodistas de Univisión se dieron a la tarea de explorar los secretos que se esconden detrás de la ofensiva diplomática, militar y de negocios de Irán en América Latina e indagaron con expertos si la región podría convertirse en un nuevo campo de batalla entre el gobierno iraní y Estados Unidos. Los reporteros visitaron México, Venezuela, España, Argentina, Colombia, Bolivia y varias ciudades de Estados Unidos.

Además de la trama cibernética, entre otras revelaciones, el documental ofrece imágenes inéditas de una operación encubierta del FBI que permitió desmantelar una red que pretendía volar el aeropuerto JFK de Nueva York. La red tenía conexiones en Venezuela y Guyana. Además lo que vio y documentó un periodista español que se infiltró en las Círculos Bolivarianos de Venezuela y recibió entrenamiento militar.
 

La conexión venezolana

Por Vitneis Didziulis, Jorge Mota, Gerardo Reyes y Casto Ocando
La estrategia de Irán para penetrar  en América Latina ha tenido en el presidente Hugo Chávez un aliado clave. De acuerdo a numerosas evidencias y testimonios inéditos a los que tuvo acceso Univisión.
Chávez ha firmado hasta ahora 86 acuerdos con Irán que abarcan temas militares, nucleares, económicos y de construcción de fábricas y viviendas populares, y ha ayudado a promover el acercamiento de Irán con otros países como Bolivia y Nicaragua.
“Sembraron a nuestro país con fábricas lácteas, nos trajeron fábricas de tractores que nos cuesta la mitad del precio que compramos en otros países. Tienen una fábrica de carros casi a la mitad o menos de la mitad de los precios. Abonan a la vida, no a la muerte”, dijo Raymundo Kabchi, asesor en temas del Medio Oriente.
Pero de acuerdo con  expertos y autoridades internacionales, las conexiones de Irán y Venezuela van más allá de los convencionales acuerdos de cooperación binacional.
Luego de firmar un acuerdo de cooperación nuclear con Irán en 2008, Chávez expresó su intención de desarrollar “nuestro primer reactorcito nuclear”, un anuncio visto con suspicacia a nivel internacional, debido a las ambiciones de Irán de construir armas nucleares.
Las alarmas volvieron a sonar cuando un alto funcionario del gobierno chavista afirmó a fines de septiembre de 2009 que Venezuela estaba recibiendo ayuda de Irán para establecer el tamaño de las reservas de uranio en el sur del país.
“Se están haciendo unas aerofotografías, con la colaboración de Irán. Esas aerofotografías no son para uranio, son aerofotografías para saber qué productos minerales hay en Venezuela. Y en esas aerofotografías repito, no sólamente aparece uranio, aparece uranio, aparece coltán, aparece oro, aparece diamantes”, dijo el entonces ministro de Ciencia y Tecnología Jesse Chacón.
Expertos han cuestionado el “secretismo” que protege los acuerdos de cooperación entre Venezuela e Irán, como las fábricas de bicicletas y la de tractores, ubicadas en zonas que, según ellos, han sido designadas de exclusión aérea por el gobierno venezolano.
“Yo no he visto la primera bicicleta iraní rodando por las calles de Venezuela, y si a eso le suma que la zona donde está establecida la fábrica de bicicletas hay prohibición de vuelos tú dices “bueno, si es una fábrica real de bicicletas o de tractores, o de cualquier otro elemento, ¿por qué tanto secretismo?”, se preguntó la experta en derecho internacional María Teresa Belandria.
Una relación no menos problemática entre Irán y Venezuela tiene lugar en el campo de las finanzas internacionales. Para mitigar los efectos de las sanciones impuestas por Estados Unidos y las Naciones Unidas, el gobierno iraní utiliza bancos venezolanos. Las transacciones permitían adquirir  tecnología avanzada.
“Los bancos iraníes están sancionados internacionalmente, no pueden mover dinero fácilmente. Pero los bancos venezolanos no están sancionados. Entonces han construidos bancos internos en Venezuela”, explicó el experto en temas iraníes Douglas Farah.
“Pa’ mandárselo al presidente”
En una nueva dimensión de la cooperación venezolano-iraní desconocida hasta ahora, fuentes de Univisión aseguran que diplomáticos de ambos países destacados en México trabajaron en forma conjunta para organizar ataques informáticos y físicos contra objetivos en Estados Unidos.
Según grabaciones de video y audio, la entonces agregada de asuntos culturales y segunda secretaria de la delegación, Livia Antonieta Acosta Noguera participó en las conversaciones.
Antes de llegar a México, la funcionaria había ejercido responsabilidades de promoción ideológica a través de los Círculos Bolivarianos en Venezuela, y había ocupado un cargo en la embajada de República Dominicana.
De acuerdo con testimonio de Muñoz Ledo, la diplomática venezolana no sólo estaba al tanto de los planes de la presunta guerra cibernética contra Estados Unidos, sino que tenía toda la información que el grupo de hackers estaba pasando al embajador iraní Ghadiri.
Las grabaciones indican que cuando Muñoz le informó a Acosta que le había dado a los iraníes “las ubicaciones de todas y cada una de las plantas nucleares en USA”, la venezolana expresó interés y exigió que le suministraran esa misma información, “pa’ mandárselo al presidente” venezolano Hugo Chávez.
Acosta aseguró que mantenía un canal privilegiado para enviar información directamente al presidente Chávez: su amigo el general Alexis López, entonces jefe de la custodia presidencial del jefe de Estado venezolano.
“Está allí con el presidente, y anda con el presidente para arriba y para abajo”, aseguró Acosta refiriéndose al general López en una de las conversaciones grabadas por Muñoz Ledo.
Acosta Noguera es en la actualidad la cónsul de Venezuela en Miami, donde reside la más grande comunidad de venezolanos fuera de territorio venezolano.
Univisión trató en repetidas ocasiones de obtener una versión de la cónsul Acosta a los señalamientos de Muñoz Ledo, pero no obtuvo respuestas. Cuestionarios y llamadas telefónicas realizadas a la embajada de Venezuela en Washington tampoco fueron respondidas.
La participación de una diplomática venezolana en los presuntos ciber-ataques en combinación con Irán sorprendió a especialistas norteamericanos.
“Esa conversación (entre Acosta y Muñoz) me preocupa porque nosotros no emprendemos ese tipo de planificación en contra del gobierno de Venezuela”, dijo a Univisión John Kiriakou, ex oficial de la CIA que lideró los esfuerzos antiterroristas después de los ataques del 11 de septiembre de 2001.
Kiriakou agregó que le resulta “todavía más inquietante” la cooperación en este terreno entre diplomáticos venezolanos e iraníes.
“Es preocupante que el gobierno de Venezuela sí esté haciendo planes contra Estados Unidos. Ahora, si están trabajando o no con los iraníes, si lo están es todavía más inquietante, algo para lo cual tendremos que planificar”, puntualizó Kiriakou.
Miembros de la comunidad libanesa en Venezuela, señalados por Estados Unidos como financistas de grupos considerados terroristas como Hezbollah y Hamas, han criticado la política de Washington de calificar como terroristas a organizaciones respetadas en el mundo musulmán.
Tal es el caso de Faouzi Kannan. Propietario de una agencia de viajes en el centro de Caracas, Kannan es señalado por el Departamento de Estado de coordinar viajes a miembros de Hezbolá, y de haber recaudado dinero para esa organización. De acuerdo al Departamento del Tesoro, Kannan también participó en reuniones donde se habló de secuestros y ataques terroristas.
Pero en una entrevista con Univisión, Kannan rechazó las acusaciones y atribuye su inclusión en la lista negra del Departamento del Tesoro “porque yo soy musulmán”.
“Yo soy musulmán, que puede hacer, yo soy orgulloso que yo soy musulmán. ¿Cuál es el problema si uno es musulmán? ¿No debe vivir?”, argumentó Kannan en un español con fuerte acento.
Kannan negó que hubiese dado alguna contribución financiera a Hezbolá, pero defendió a la organización calificándola como un grupo que “defiende a su país”.
“No son terroristas. Si usted en su país viene alguien quiere te mata, usted defiende su mismo. Usted terrorista no puede ser”.
Dentro de las filas de las fuerzas armadas venezolanas hizo carrera una de las fórmulas de lucha de Hezbollá: la guerra asimétrica. Uno de los principales exponentes teóricos de esa estrategia es el escritor español Jorge Verstrynge, autor del libro La guerra periférica y el Islam revolucionario, una obra usada como manual de instrucción en la Academia Militar de Venezuela.
Verstrynge, un ex miembro del conservador Partido Popular español, ha dado conferencias en Venezuela en las que han participado el propio presiente Chávez y sus más altos oficiales, para exponer una polémica hipótesis: el ejército venezolano únicamente podría enfrentar una potencial invasión de Estados Unidos, utilizando tácticas de guerra de guerrilla, las que califica como “el arma atómica del pobre”, y ataques suicidas a través de “voluntarios de la muerte”, entre otras estrategias.
Vestrynge aseguró que a raíz de sus conferencias, el gobierno venezolano comenzó a promover la creación de “mini milicias” en el país, para hacer realidad un postulado del teórico español: la guerra periférica.
Para el periodista español Antonio Salas (seudónimo), quien se infiltro en las milicias bolivarianas, la guerra asimétrica tiene otra connotación.
“La guerra asimétrica es una forma elegante y diplomática, en realidad, de hablar de terrorismo”, aseguró Salas en una entrevista exclusiva con Univisión.
Salas es autor del libro El Palestino un recuento de sus experiencias como infiltrado en Venezuela que  puso al descubierto no sólo cómo operan estas milicias, sino también sus conexiones con el terrorismo internacional.
Haciéndose pasar como un inmigrante palestino criado en Venezuela, que deseaba contribuir a la lucha armada, Salas se ganó la confianza de los revolucionarios y penetró la organización.
Salas grabó secretamente una serie de videos dentro de campamentos de entrenamiento en Venezuela, y mostró cómo los milicianos bolivarianos se consideran a sí mismos como combatientes no distintos a grupos como Hezbolá, ETA o las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
“Yo me encontré con que miembros del gobierno de Chávez que vienen de una formación ideológica de extrema izquierda y de una trayectoria dentro de la guerrilla de los grupos armados, interpretan cualquier movimiento armado revolucionario como hermanos. Ni Hamás ni Hezbolá ni ETA ni las FARC son terroristas, sino que son compañeros a los que hay que ayudar”, dijo Salas.
Entre las figuras destacadas Salas se encontró con Alberto Carías, antiguo Subsecretario de Seguridad Ciudadana de Caracas, que actuaba como coordinador de los grupos milicianos; y un coronel del ejército regular bolivariano, que le dio instrucción sobre cómo usar armas de combate como ametralladoras y lanzagranadas.
Salas también aseguró que conoció en la Isla de Margarita a un activista que se identificó como ex jefe de inteligencia de Hezbolá, y que vive en esa isla del Caribe venezolano “como un empresario más”.
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Por Casto Ocando y Jorge Mota
Mohammad Hassan Ghadiri
Diplomático y académico iraní. Mohammad Hassan Ghadiri nació en Teherán, Irán, en 1953. Inició sus estudios universitarios en 1971 en Florencia, Italia, donde fundó dos años más tarde la primera Asociación Islámica de Estudiantes Iraníes en Italia. Allí obtiene la licenciatura y posteriormente un doctorado en Arquitectura. Sus estudios se ampliaron posteriormente con un doctorado de Ciencias Estratégicas, que obtuvo en Teherán.
Opositor al régimen monárquico del Sha Mohammad Reza Pahlevi, Ghadiri fue designado para sus primeras funciones diplomáticas inmediatamente después del triunfo de la revolución dirigida por el Ayatollah Khomeini, que derrocó al Sha.
A lo largo de su carrera diplomática trabajó como embajador de Irán en Australia y México. Ghadiri desarrolló un interés por las lenguas: habla inglés, español, italiano y persa, su lengua materna.
Durante su estancia en México, Ghadiri llevó a cabo una gestión activa. Según un cable del Departamento de Estado de Estados Unidos con fecha marzo de 2009, publicado por WikiLeaks, Ghadiri se embarcó en una campaña para aumentar la presencia iraní en México inmediatamente después de su llegada, en Julio de 2007, incluyendo su proyecto de abrir un consulado en Tijuana.
Otro cable de wikiLeaks publicado en marzo de 2009, calificó la retórica antisemita de Ghadiri como “problemática” para México, y reveló que los servicios secretos mexicanos mantenían una estrecha vigilancia en torno a las actividades del diplomático.
Ese mismo cable registra también los esfuerzos sin precedentes de Ghadiri para lograr el ingreso a México de Edgardo Rubén Assad, alias Shaykh Soheil Assad, un activista islámico acusado por Argentina de participar en los atentados con explosivos contra organizaciones judías en Buenos Aires en 1992 y 1994.
Ghadiri es autor, entre otras obras, de Esto es el Islam, un libro editado en 2008 y traducido en varios idiomas, donde defiende conceptos polémicos como la poligamia, una costumbre que en su criterio ayuda a evitar “los engaños tal y como sucede en el mundo occidental”. Actualmente es académico de Relaciones Internacionales y Estrategia en la capital iraní.
 (Publicado por el portal) la patilla






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