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Con arma en el cinto y la Biblia en las manos Conoce la historia de este agente Policial de Puerto Rico que a impactado las redes Sociales.

El policía Carlos Amaury Jiménez dice que da boletos para el cielo.
Con un “Dios les bendiga” recibió ayer martes a unmedio de comunicacion local el agente Carlos Amaury Jiménez Rolón en el cuartel de la Patrulla de Carreteras de Vega Baja. El policía de 36 años de edad y 14 en la Uniformada arribó con el arma de reglamento en el cinto y con una Biblia en las manos.

Aun lucía sorprendido de que una foto de él orando con un deambulante haya causado sensación en las redes sociales.  

“Creo que (el furor) es porque no se ve a muchos policías haciendo esto”, sostuvo Jiménez Rolón, quien dijo desconocer que un transeúnte le había fotografiado el pasado jueves cuando, durante una ronda de patrullaje por el sector, vio a aquel hombre en la intersección de la carretera PR-2 con la PR-155 y  decidió bajar de la patrulla, abrazarlo y  orar por él.

“Él reaccionó asustado, decía ‘me van a matar, van a creer que estoy choteando’, pero le dije que solo quería orar por él y así lo hice”, relató el agente, que acude a la iglesia Fuente de Salvación Misionera, en Vega Baja. “Sé que el Señor poco a poco está tratando por esa vida”.

Aunque su acción sorprendió a muchos, no es la primera vez que ora junto a ciudadanos mientras está  en servicio. “Cuando el Señor me da una palabra para una persona, yo le doy, no una infracción de tránsito, sino un boleto para el cielo, para que esa persona vea que no está sola en medio de su necesidad, sino  que el Cristo de la gloria está pendiente y sigue teniendo planes con su vida”, aseguró Jiménez Rolón. “Me voy a la calle, doy mis boletos, pero también doy los boletos para ir al cielo porque si el Señor me inquieta a dar esa palabra, yo la doy”..

“Les digo que sigan los planes de Dios, que el Señor quiere que depositen su carga en Él, les cito un texto bíblico”, agregó el agente, quien se convirtió al cristianismo hace cuatro años.

¿Cómo reaccionan las personas a las que ha detenido para orar?, se le preguntó. “Me da gracia porque se me quedan mirando. Yo les pregunto: ‘¿No esperaba que fuera un policía quien le diera la palabra de parte de Dios?’ Me dicen: ‘De verdad que no’”, respondió Jiménez Rolón.

¿Se puede dar el caso de que usted detiene a uno y además de dar el boleto de tránsito, ora?
“Si le doy una palabra de parte de Dios, no le doy el boleto”.

¿Aunque haya estado corriendo a exceso de velocidad?   
“No,  no... Cuando el Señor me da una palabra para alguien, hay que hacer la voluntad de Dios. Ahora, pueden mirar los boletos que yo he dado en el mes, porque según hago el trabajo del Cristo de la gloria, también tengo que hacer mi trabajo”.

Acerca de si estas acciones afectan la separación entre Iglesia y Estado, declaró lo siguiente: “Hay personas que dicen que el gobierno y la religión no mezclan, pero aquí  yo trabajo con el gobierno y le sirvo al Señor. Esas dos cosas se unen para un propósito, que es llegar a esas  vidas que están en la calle, están desamparadas, pasando por necesidad. Este  trabajo me permite a mí, como servidor público y siervo de Dios, llegar a esas vidas”.

Cuando está franco de servicio,  Jiménez Rolón, quien es padre de siete hijos, va a predicar y a ministrar en diferentes residenciales públicos y comunidades. También se prepara para sus primeras experiencias como misionero: en abril partirá rumbo a Haití y en noviembre irá a Nicaragua. Para todo cuenta con el apoyo de su esposa, quien comparte su fe.

Sobre su futuro, indicó que anhela trabajar con deambulantes en el programa policiaco Vuelta a la Vida y ser capellán en la Uniformada.

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