Puebla, Puebla. José Antonio Terán Bonilla presentó recientemente el libro La Guarida del Diablo, estudio iconográfico de la “misteriosa casa de Tehuiloyocan”, recientemente en la Casa de la Cultura de Puebla. Siendo la segunda edición publicada, este libro recopila las imágenes demoníacas encontradas en un “templo satánico” del siglo XVIII en un pueblo a unos pocos kilómetros del santuario de la virgen.
“Los templos cristianos en el nuevo mundo por lo regular se orientaban en dirección a Jerusalén, como una forma de conmemorar a Cristo, este sitio en Tehuiloyocan está orientado en dirección opuesta, al occidente, como una forma de blasfemia a la iglesia Cristiana”, dijo José Antonio Terán, autor del libro.
El recinto demoníaco, en palabras del especialista, reúne las características de los ritos satánicos, la primera es que no tiene techo, la segunda es la posible existencia de una secta en el pueblo durante el siglo XVIII, y la
tercera es el remanente de un altar con la aparente forma de una vagina. Otro de los requisitos para los ritos satánicos consiste en que deben celebrarse en luna llena y en viernes.
“Pero hay algo más interesante, es muy probable que este sitio haya sido construido por un religioso”, dijo José Antonio Terán, “Ya que sabía latín, pues varios de los textos en las paredes fueron escritos con la técnica de espejo, es decir, de forma inversa y son producto de alguien que conocía el rito católico. Otro detalle es la representación del diablo en forma de mono o con el pene erecto. Esto es característico de las representaciones medievales que, mostraban al diablo como un mono. Podemos imaginar a un sacerdote haciendo ritos satánicos”.
Para explicar esto, el historiador Miguel Ángel Cuenya Mateos, Profesor investigador del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades de la BUAP, hizo una retrospectiva de las representaciones del diablo: “el monoteísmo tuvo que inventar un demonio para quitarle a Dios la maldad, antes las religiones politeístas lo justificaban como una manifestación más de los dioses que indistintamente podían ser malos o buenos. El diablo surge de los temores al mundo antiguo, reúne las características de los dioses. Sus rasgos nacen en el folclor y el mito del contexto rural, el diablo es el centro de las cosas fantásticas que condena la iglesia y se vuelve el medio para hacer la vida más llevadera”.
En este sentido, y citando al profesor Miguel Ángel Cuenya Mateos, al llegar los conquistadores europeos, estos miran al continente americano como el reducto del diablo, ven a los indígenas corrompidos por los ídolos que son una imitación burda de la religión católica. De ese modo buscan borrar esos dioses, pero los indígenas se resisten a la conquista y en este proceso surgen sitios en los que continúan, de forma oculta, los ritos prehispánicos, pero ahora tachados de satánicos.
José Antonio Terán también comentó que es muy probable que la mayoría de los religiosos no tuvieran vocación sacerdotal, por eso muchos de ellos se prestaban a realizar ritos satánicos. El pueblo de San Luis Tehuiloyocan era un sitio aislado y un sacerdote podía celebrar en el día la misa católica y por la noche los ritos satánicos.
“Este edificio es un monumento histórico, es el único recinto que hay en el mundo con estas características”, dijo José Antonio Terán Bonilla, “Buscamos que se vuelva Patrimonio Cultural de la Humanidad. Es un documento histórico, una manifestación de las ideas del siglo XVIII”. Actualmente la “Casa del diablo” en San Luis Tehuiloyocan puede ser visitada por turistas para conocer los dibujos del diablo y ver el sitio donde, muy probablemente, se celebraban ritos satánicos. Fuente subterraneos.com
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