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Agente PNC de El Salvador: "Hice un pacto con Dios, que no me mande al cielo, le soy más útil en la tierra"

Jorge es un policía destacado en el área de homicidios; su vida está expuesta a constantes ataques, pero asegura que ama la profesión, a pesar de los riesgos.

Desde hace 17 años, Jorge (cuyo nombre ha sido modificado) ha sido miembro de la Policía Nacional Civil; su área ha sido la investigación de homicidios y por esa misma razón ha estado expuesto a la muerte, a la que asegura ya no temer. Sin dudarlo, mantiene firme que volvería a ser policía, si tuviera que escoger de nuevo su carrera.

Por su especialización ha estado presente en alrededor de seis atentados e intercambios de disparos con delincuentes de los que ha salido ileso.
“El miedo no existe en el momento en el que lo atacan a balazos, lo que ahí funciona es el mismo instinto de supervivencia y hace que la adrenalina se nos suba al tope”, expresa.
“Creo que esa pasión ya se trae y no importa perder la vida; por un lado se ama a la familia y a los hijos, pero por el otro, también nos gustar hacer esto. Creo que todo se trae en la sangre”, agrega este hombre de 37 años y una familia conformada por su esposa e hijos.

Las muertes de sus compañeros, para este investigador, han sido los momentos más crueles de su carrera. Manifiesta que a pesar de trabajar sin uniformes, ni identificación policial (por el área investigativa a la que se dedica), siempre son el blanco de la delincuencia. Él ya no le teme a la muerte, incluso dice que ha hecho un pacto con Dios para el día en que eso pase.

“Le dije a Dios que todavía no me maten, que no me lleve al cielo, porque le voy a ser más útil en la tierra, yo quiero seguir sirviendo de esta forma, es muy gratificante”, expresa.
Pero además de la protección divina que invoca, también porta a diario su arma para defenderse de posibles enemigos, ya que los tiroteos se pueden dar en cualquier momento, dice.

“En el área de homicidios hemos tenidos bajas, una de ellas fue la del compañero Elmer Bautista (14 de abril de 2014 en Aguilares), quien estuvo en diferentes áreas. Fue un momento muy triste para todos nosotros, él fue muy destacado en todas las áreas que estuvo”, agrega.
Para este uniformado “salvadoreños son todos”, inclusive sus atacantes, y asegura que en reiteradas ocasiones, cuando los pandilleros se atacan entre sí, ellos mismos llaman a la Policía para denunciar las muertes y añade que su deber es trabajar también en estos escenarios.

“¿A quién cree que buscan los mareros cuando matan a uno de sus compañeros la pandilla contraria? Llaman y denuncian el homicidio a la Policía, nos buscan a nosotros, a pesar de que también nos quieren matar. En la viña hay de todo, gente que agradece y otras que no, pero ante todo lo que más importa es servir”, concluyó.

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