Cree Usted que los Programas de Televisión son mala Influencia para los Cristianos...?
La televisión es uno de los medios de comunicación, que junto con el Internet, esta avanzando grandemente en cuanto a penetración y a tecnología. Desgraciadamente la televisión se ha convertido en una mala influencia, en una influencia altamente negativa y perjudicial para los adultos, los jóvenes y para los niños.
Y cuando hablamos de la televisión, no nos referimos al aparato como tal, sino a los programas que se trasmiten en el mismo. Es increíble el poder tremendo que ejerce la televisión en la vida de las personas. La televisión ha sido diseñada para controlar las mentes de las personas y moldearles su carácter, sin que ellas siquiera se den cuenta.
La televisión afecta y toma control del carácter de las personas. La televisión toma control de las decisiones y las reacciones de las personas. Es tan sutil, es tan inocente la apariencia de este aparato, que no nos damos cuenta del daño que nos esta causando. Ha llegado a ser el amor de muchos, el compañero de muchos, la pasión de muchos, el descanso de muchos. Es la forma de relajarse de los predicadores, es la forma de pasar momentos de remanso que debían de ser espirituales.
La televisión es el enemigo numero uno en los hogares. Creemos que la tenemos bajo control y la televisión nos controla a nosotros de una forma escandalosa. La televisión ya no se puede controlar, ya no es posible. Los creyentes que mas alto han llegado en las cosas de Dios, no tienen televisión. Pero los que han caído en la pereza y desaliento espiritual son curiosamente los que tienen televisión.
La televisión ha penetrado a los hogares de una forma alarmante. Ahora es común tener en la casa no solo una televisión sino varias. Ahora se le diseña a la casa un lugar especial para la televisión, tiene su propio cuarto, el cuarto de la televisión. Además es imprescindible la televisión en la sala, en la recamara de los muchachos, en la cocina, en la oficina, etc. Ese es el poder tremendo que tiene la televisión en nuestras vidas.
Veamos ahora las malas influencias o efectos negativos que produce la televisión en nuestras vidas:
1) Pérdida de tiempo. Una de las más grandes bendiciones que tenemos de parte de Dios es el tiempo. Dios quiere que lo aprovechemos bien, que lo redimamos, es decir que lo usemos sabiamente para su honra y gloria. Dice en Efesios 5:15, 16… Y en Colosenses 4:5 dice “Andad sabiamente para con los de afuera, redimiendo el tiempo”. Y la televisión se encarga de robarnos el tiempo, la televisión hace que perdamos el tiempo. Perdemos el tiempo que le debemos dar a nuestra esposa, perdemos el tiempo que debemos darle a nuestros hijos, perdemos el tiempo que le debemos dar a Dios y a Su obra: perdemos el tiempo que debemos usar para escribir un mensaje o salir a visitar, o asistir a los cultos, etc. La televisión es una ladrona del tiempo. Cuando la persona llega a la casa después del trabajo, lo primero que hace antes de ver si esta su esposa, ver si están sus hijos, ver si no lo han robado, es buscar el control de la televisión, y automáticamente prender la televisión. Y dependiendo del programa que este en ese momento entonces va a decidir que hacer el resto del día. Cuando tenemos un momento de descanso, lo primero que hacemos es prender la televisión y quedarnos por horas y horas ante el televisor. En lugar de estudiar la Biblia y orar a nuestro Padre celestial, o aun hacer algo de provecho en lo material, productivo en el hogar, nos quedamos embelesados frente a la televisión. Los cultos de adoración y los sermones nos parecen largísimos, pero nos pasamos muchas horas frente al televisor.
2) Destruye la unidad familiar. La televisión ha causado graves daños en la vida y en la unidad familiar. Armando García, un escritor hondureño, ilustra en su típico estilo la realidad de miles de familias en uno de los momentos, que en otro tiempo era un tiempo de intercambio familiar: “…. De la plática de sobre mesa ni hablemos. Cada quien se va llenando el buche haciendo a un lado la parla, la novedad familiar, la nueva actividad del trabajo o el estudio porque están prendidos, con todo y bocado y quijada y ojos, a la caja idiotizante, el televisor”. La televisión daña profundamente la comunicación eficaz entre los miembros de la familia.
Este fenómeno es sentido en todo lugar en donde la televisión ha penetrado.
Escuchen lo que apareció en un articulo en la revista Despertad, el 8 de marzo de 1998, el Concejal de la Tribu Apache en la reserva de San Carlos en Arizona, EE. UU. Dice que “la televisión ha ejercido una gran influencia negativa, especialmente en los jóvenes… Según el orden de prioridades e influencia de los años cincuenta, en primer lugar estaba la religión; en segundo, la familia; en tercero, la educación; en cuarto, la presión de los coetáneos (personas y algunas cosas que coinciden o viven en una misma edad o tiempo) y por ultimo estaba la televisión. Hoy en día, el orden esta invertido. Pues la televisión constituye la influencia predominante… lamentablemente la familia esta relegada al cuarto lugar”.
Esta es una realidad triste en el mundo de nuestros días, pero por desgracia esto es cierto también entre las familias cristianas, ya que nos hemos dejado influenciar por el poder negativo de la televisión. La televisión ha venido a destruir los momentos valiosos de intercambio familiar, como sentarnos juntos alrededor de la mesa para tomar los alimentos, las sesiones donde se desarrollan temas familiares, y en especial los espirituales, etc. Hermanos no debemos permitir que la televisión destruya la unidad familiar en nuestro hogar. Nosotros como padres no debemos permitir esto. Tomemos cartas en el asunto y actuemos sabiamente, ya que “la sabiduría es provechosa para dirigir” (Eclesiastés 10:10), y a nosotras no ha tocado dirigir nuestros hogares. La televisión destruye la unidad familiar.
3) Promueve la violencia y la rebeldía.
¿Por qué hay tanta violencia en las calles? ¿Quien les enseño a los hombres a agredir, a faltar el respeto al ser humano? ¿Dónde esta el maestro que enseña a los hombres, a las mujeres, a los niños a hacer lo malo, a rebelarse? ¿Quien les enseño a ser tan arrogantes? Lo tienen en su casa, y este maestro es la televisión. Programas violentos, aun las caricaturas son violentas, donde siempre gana el héroe, donde hay muerte, violencia, sangre, todos le disparan y nadie lo mata; y el puede matar a 100, y les corta la cabeza, los parte en pedazos, y es el héroe. El héroe es el que es mas violento, el más cruel, el más sanguinario, es el mejor, es el héroe. Es el modelo que los niños tienen en sus mentes. Y luego les hablamos de Pablo, Pedro, hombres de Dios, piadosos, humildes, hombres que pedían perdón y se burlan de ellos, porque tienen en sus mentes otros héroes. La sociedad no haya que hacer con tanta violencia, pero la televisión tiene la culpa. No creemos que la sociedad vaya a eliminar la televisión, pero si los cristianos, nosotros si podemos quitarla de nuestras vidas.
Un estudio hecho por académicos de las universidades de California, Carolina del Norte, Texas y Wisconsin y que fue presentado en Washington el 19 de Abril del año de 1998 revela que “al menos dos de cada tres programas de televisión en Estados Unidos de máxima audiencia contienen violencia, un problema que va en aumento y que genera consecuencias nefastas para los televidentes” La misma investigación advierte que “los niños, por su parte, son expuestos a continuos actos de violencia en sus dibujos animados favoritos, lo que representa un problema para los menores de siete años que no pueden normalmente comprender la diferencia entre la fantasía y la realidad” Les parece que soy demasiado alarmista o exagerado? Pues nada mas examinen y vean por ustedes mismos como en las novelas, series, películas y las inocentes caricaturas, hay violencia en cada uno de ellos, estos programas están saturados de violencia – violencia sexual, violencia conyugal, violencia domestica, violencia infantil, violencia animal, etc., etc.
4) Promueve los vicios. La borrachera, las drogas, etc. En todos los horarios, meten anuncios de vinos, de cigarros, en las películas se ve como colocarse el polvo blanco en las narices, como combinar vinos con diferentes refrescos para que den un mejor sabor. Se muestra a hombres y mujeres muy guapos y divirtiéndose a lo grande, bailando y tomando en las playas de Cancún, Hawai, Las Vegas, lugares muy hermosos. Pero nunca ponen a los enfermos muriéndose en el hospital o en su casa, con cirrosis hepática por el alcohol, no ponen a las personas vomitando el hígado por la tomada, o el cáncer por el cigarro. Lo único que hacen es ponerle con letras muy pequeñitas que el uso de este producto produce cáncer, y eso por orden del gobierno. Aunque saben que la gente esta tan enviciada que de todas maneras van a seguir consumiendo esos productos. La Biblia condena todos estos vicios, Gálatas 5:19-21; y Romanos13:13 dice “Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia”.
5) Promueve el adulterio y la fornicación. Vivimos una moral muy baja, la sociedad esta perdiendo los valores morales, y la televisión se encarga de hacer este trabajo. La televisión esta en la recamara, en el escritorio, en la cocina, diciéndonos de los adulterios y las fornicaciones. Vemos parejas adulterando, parejas besándose, homosexuales besándose, en las telenovelas, en las películas. En los programas de Cristina, Laura en América, programas donde pasan homosexuales diciendo “mi mama me odia porque soy homosexual”. Y todos le dicen que esta bien, que tiene derecho a ser lo que le quiera, y que su mamá esta mal, que es una vieja anticuada, y todos le aplauden, y esa madre sale ridiculizada, arruinada. Dice en Hebreos 13:4 “Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adulteros los juzgara Dios” Ustedes no aceptarían que alguien viniera a su casa y le dijera, mire señor, nosotros no estamos casados, yo tengo mi esposa y ella tiene su esposo, pero nos queremos y le pedimos permiso para tener sexo en su recamara. No usted no aceptaría tal propuesta. Pero lo permite en su recamara en la televisión. Como si lo hicieran en nuestro propio lecho. Y luego dice los hermanitos: “Mira nada más lo que se ve, mira hasta donde hemos llegado”. Pero no hacemos nada por quitarla, la seguimos viendo. Hacemos lo que hacia Eli, al decirles a sus hijos: “No es bueno lo que están haciendo”, pero no hacia nada por estorbarlos.
6) Produce lenguaje obsceno y de doble sentido. Todo esto lo vemos en la televisión. Programas como Otro Rollo, o al derecho y al revés, la Hora Pico, Los Comediantes, etc., están llenos de palabrotas obscenas y de doble sentido. La televisión le esta enseñando a nuestro hijos la manera de hablar. Palabras que en otro tiempo ningún joven las decía por ser malas palabras, ahora las dicen sin ningún recato. Aun hermanos que predican las están usando. Ellos no son capaces de decir: con permiso cuando van a pasar, o perdón cuando atropellaron a alguien, no pueden decir buenos días hermano, buenos días Señor, porque el maestro no es el padre, ni la Biblia, ni el predicador. Sino que el maestro que tienen nuestros hijos es la televisión. La televisión que la tenemos en un mueble que nos costo mucho dinero y que no fuimos capaces de ofrendarlo. Dice en Judas 10 “Pero estos blasfeman de cuantas cosas no conocen; y en las que por naturaleza conocen, se corrompen como animales irracionales” Ese es el tipo de personas que tenemos en la televisión, eso es lo que vemos en la televisión. Mi hermano, mi hermana, ¿No se enciende su celo al ver todo esas cosas en la televisión? ¿Donde esta el celo de Dios en las iglesias hoy en día?
Hay muchas cosas mas que podríamos decir en contra de la televisión, pero creo que con esto es suficiente para darnos cuenta de la mala influencia que produce la televisión en nuestras vidas.
Si decidimos quitar la televisión de nuestras vidas, vamos a ver cambios favorables en la familia, nuestros hijos se van volver mas mansos, las esposas menos rebeldes, nosotros vamos a ser menos agresivos y tendremos mas tiempo para la familia. Más tiempo para la esposa, para los hijos, para ocuparnos de nuestra salvación, para leer la Biblia, para visitar, etc.
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