Parte primera
El discernimiento
Dios da a sus hijos el don de discernimiento. Discernir significa básicamente separar una cosa de otra para entender lo que es verdad de lo que no lo es, aunque lo parezca. Dice la Palabra: <<…el espiritual juzga todas las cosas…nosotros tenemos la mente de Cristo>> (1 Corintios 2: 15, 16). Discernir en el Espíritu, es siempre una obra de revelación del Espíritu al creyente verdadero.
La sabiduría
No obstante, además del discernimiento en sí, el creyente necesitará ser cada más lleno de sabiduría. La verdadera sabiduría es la puesta en marcha del conocimiento según la voluntad de Dios. Si no se tiene, hay que pedirla. Dice así la Palabra: <<5Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada>> (Santiago 1: 5). Se nos promete adquirir sabiduría.
En estos tiempos finales hay que discernir más que nunca
Volviendo al tema del discernimiento: ¿Por qué nos es tan necesario discernir?, porque dados los tiempos, cuando más nos acercamos al final de esta dispensación, el enemigo trabaja más con el fin de <
El diablo sabe que le queda poco tiempo. Ahora más que nunca es cuando la Iglesia de Jesucristo debe sacudirse todo polvo de ingenuidad de encima, y ser más sabia y prudente que nunca. Acordémonos de las palabras de Jesús: <<16He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas>> (Mateo 10: 16)
Los colaboradores de Dios, y los colaboradores del diablo
Así como Dios tiene Sus colaboradores, tal y como leemos a continuación de parte del apóstol Pablo: <<9Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios>> (1 Corintios 3: 9), el diablo emplea a sus colaboradores humanos también para intentar engañar y seducir al verdadero pueblo de Dios. Leemos en 2 Corintios 11: 13-15) <<… falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. 14Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. 15Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras>>. Estos, a través del engaño, pueden llegar a infiltrarse entre el pueblo de Dios para frenar la obra de Dios.
Lamentablemente, muchos, a causa de su falta de rectitud de corazón, son usados por el diablo sin darse cuenta realmente de que eso es así.
1. La unidad del Espíritu
El espíritu que debe prevalecer entre los cristianos es el de la verdadera UNIDAD, es lo que la Biblia llama: La unidad del Espíritu. Dice así la Palabra: <
2. El espíritu de división
La manera más sencilla de frenar la obra de Dios, es trayendo DIVISIÓN al Cuerpo de Cristo. Esta DIVISIÓN, que es la obra del diablo, la transmiten, ¿quiénes?
No la gente declaradamente del mundo.
No la persecución desde afuera.
¿Quién entonces?: Aquellos que aparentan lo que es, pero no lo son. Aquellos que se dicen cristianos, pero no viven lo que dicen ser; ¡no todo es oro lo que reluce! La epístola de Judas nos hace unos sabios comentarios al respecto: <<3Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos. 4Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo>> (Judas 3, 4). Estas personas que menciona Judas, a propósito entran en el seno de la Iglesia para hacer el daño que Satanás les envía a hacer. No obstante, existen otros que no lo hacen a sabiendas, y sin embargo, son instrumentos del enemigo también para intentar destruir aquello que nos es vital en nuestra fe: La unidad en el Espíritu.
A. Los divisionarios
El apóstol Pablo hace una clara advertencia a todos aquellos que son divisionarios. Leemos en 1 Corintios 3: 16, 17 <<¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? 17Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es>>. ¿Por qué hablaba así Pablo?, porque en la iglesia de los corintios existía ese espíritu de división. Algunos de esos divisionarios lo eran debido a su extrema inmadurez; otros, porque buscaban lo suyo propio. Veámoslo:
1 Los inmaduros:
<<1De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo. 2Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía, 3porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres? 4Porque diciendo el uno: Yo ciertamente soy de Pablo; y el otro: Yo soy de Apolos, ¿no sois carnales?>> (1 Corintios 3: 1-4)
Los cristianos inmaduros, manifiestan su inmadurez a través de:
Los celos (envidias)
Las contiendas (peleas, discusiones, desavenencias)
Las disensiones (oposición entre varios sujetos, riñas)
Dice Santiago: <<13¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre. 14Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; 15porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica. 16Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa>> (Santiago 3: 13-16)
No son malos a propósito; son inmaduros, todavía llevados por los patrones de su antigua vida en algún modo. Necesitan dejar atrás su antigua manera de pensar (Romanos 12: 1, 2) y liberarse de todos esos espíritus inmundos que les han acompañado a lo largo de toda su vida (Marcos 16: 17).
2 Los que buscan lo suyo:
¡Qué terrible error es aquel en el que están esos que, en las cosas de Dios, buscan lo suyo propio! ¡Qué terrible contradicción!... ¿Cómo se puede buscar lo que es de Dios, buscando lo de uno?…y no obstante, así es. Dice Pablo dirigiéndose a esos que así procedían en la iglesia de Corinto: << algunos están envanecidos, como si yo nunca hubiese de ir a vosotros. 19Pero iré pronto a vosotros, si el Señor quiere, y conoceré, no las palabras, sino el poder de los que andan envanecidos. 20Porque el reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder. 21¿Qué queréis? ¿Iré a vosotros con vara, o con amor y espíritu de mansedumbre?>> (1 Corintios 4: 18-21)
B. La clave para ser un divisionario
El divisionario que busca lo suyo propio, tiene algo que le puede incluso diferenciar del divisionario que lo es por simple inmadurez: Un corazón no recto. Esa es la clave para ser un perfecto divisionario. Pablo dice al respecto: <
¿Por qué engaña si se dice cristiano?, porque tiene un corazón no recto; ¿por qué?, porque busca lo suyo propio, no lo que es del Señor. Estas son personas que no han rendido de verdad sus vidas al Señor Jesucristo. Estas personas viven en el espíritu de Saúl, el primer rey de Israel, el cual buscó lo suyo a lo largo de su vida como rey, y nunca lo de Dios de veras. Al tener un corazón lleno de engaño, son a su vez engañados, e incluso llegan a creer sus propios engaños. Estas personas serán siempre usadas por el diablo para traer DIVISIÓN a la Iglesia, llevadas por el espíritu de división. Ese espíritu, es en realidad la obra conjuntada de un sinfín de demonios especializados, y con una meta a conseguir: La división en el cuerpo de Cristo.
En una próxima sesión veremos más de cerca, analizando algunos personajes de la Biblia, más acerca el espíritu de división y de los divisionarios.
Resumen:
Nos es imprescindible discernir, dados los tiempos que corren.
Así como Dios tiene sus colaboradores, el diablo tiene los suyos, y muchos de ellos, ni siquiera se aperciben de ello.
Así como los verdaderos cristianos deben ser solícitos en guardar la unidad del Espíritu, los falsos cristianos hacen lo contrario, trayendo división a la iglesia.
El espíritu de división no viene de afuera de la iglesia, sino de adentro.
Existen dos tipos de divisionarios, los inmaduros, y los que buscan lo suyo propio.
El divisionario que lo es, porque busca lo suyo propio en las cosas de Dios, tiene un problema de corazón: Éste no es recto y guarda engaño dentro de él.
Estas personas serán siempre usadas por el diablo para traer DIVISIÓN a la Iglesia.
Preguntas:
¿Cuánto amas tú a Dios, para ya no plantearte más el buscar lo tuyo propio, sino lo que es exclusivamente de Él?
¿Qué deberemos hacer para crecer en madurez, y así dejar todo planteamiento carnal?.
El espíritu de división
Parte Segunda
Los Divisionarios
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Introducción
Dios dio el mandamiento a Adán y a Eva, y por consecuencia, a toda la humanidad, de crecer y MULTIPLICARSE (Gen. 1: 28). La voluntad de Dios, es la MULTIPLICACIÓN, nunca la división. El célebre adagio “divide y vencerás” es cierto, para aquel que divide. En este caso, es así como intenta proceder el diablo, como adversario que es de Dios y nuestro. Intenta vencer intentando dividir, en este caso, al pueblo de Dios.
Como vimos en la anterior sesión. La manera de dividir siempre procederá desde <
La Palabra de Dios es rica en amonestaciones, enseñanzas y ejemplos dirigidos a los hijos de Dios, a fin de que conozcan cuales son los peligros a los que deberán enfrentarse al respecto; a fin de que entiendan como llegó a entender Pablo, el cual una vez se expresó así: <<…que Satanás no saque ventaja alguna sobre nosotros, pues no ignoramos sus maquinaciones>> (2 Corintios 2: 11). Por lo tanto, seamos sabios, y acudamos a la Palabra de Dios para adquirir sabiduría y conocimiento una vez más:
1- Caín, Balaam y Coré
Recordemos que los divisionarios, intentan mezclarse con el genuino pueblo de Dios para así poder hacer lo que bulle en sus corazones. Generalmente, no nos estaremos refiriendo a personas del estilo de los satanistas e incluso esos mismos; los que a sabiendas son ministros del diablo y que buscan entrar en las congregaciones para dañarlas y hacerlas desaparecer. Estos sí los hay. No obstante, por divisionarios, nos estaremos refiriendo a todos aquellos que son usados perfectamente por el diablo porque en sus corazones, el diablo ha puesto su semilla.
Estudiemos acerca de esa semilla de maldad, la cual se diversifica básicamente en tres partes, muy bien definidas en la Palabra. Estas tres partes son la manifestación del corazón y la obra maléfica de tres hombres diferentes que vivieron en diferente época. A saber: Caín, Balaam y Coré. Veremos que esos divisionarios actúan en las tres o en alguna de las tres maneras mencionadas de proceder con maldad.
Leamos en Judas: <<3Amados, por el gran deseo que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros para exhortaros a que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos, 4porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios y niegan a Dios, el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo… estos blasfeman de cuantas cosas no conocen; y en las que por naturaleza conocen, se corrompen como animales irracionales.11¡Ay de ellos!, porque han seguido el camino de Caín, se lanzaron por lucro en el error de Balaam y perecieron en la contradicción de Coré>> (Judas 3, 4, 10, 11). He aquí al perfecto divisionario, aquel que sigue el camino de Caín; la codicia de Balaam y la rebelión de Coré:
a) El camino de Caín
Judas nos habla de que el divisionario sigue el <
No sólo no agradó a Jehová la ofrenda de Caín, sino que tampoco le agradó al Señor el propio Caín.
La ofrenda va ligada al oferente
DE HECHO NO LE AGRADÓ LA OFRENDA PORQUE NO LE AGRADÓ EL OFERENTE (el que la ofrecía), ¿Por qué? La respuesta la podemos obtener más adelante en la Palabra. El sujeto aquí no es ya Caín, sino parte del mismo pueblo de Dios: <<¿Para qué me sirve, dice Jehová, la multitud de vuestros sacrificios? Hastiado estoy de holocaustos de carneros y de grasa de animales gordos; no quiero sangre de bueyes ni de ovejas ni de machos cabríos. ¿Quién pide esto de vuestras manos, cuando venís a presentaros delante de mí para pisotear mis atrios? 13No me traigáis más vana ofrenda; el incienso me es abominación. Luna nueva, sábado y el convocar asambleas, no lo puedo sufrir. ¡Son iniquidad vuestras fiestas solemnes! 14Mi alma aborrece vuestras lunas nuevas y vuestras fiestas solemnes; me son gravosas y cansado estoy de soportarlas>> (Isaías 1: 11-14)
Gran parte del pueblo de Dios se había vuelto solamente religioso; es decir, guardaba las formas externas, pero sus corazones estaban llenos de iniquidad.
También Jesús habló así al dirigirse a los escribas y fariseos de su tiempo: <<27¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. 28Así también vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad>> (Mateo 23: 27, 28)
DIOS ABOMINA CUALQUIER OFRENDA Y SACRIFICIO QUE NO PARTE DE UN CORAZÓN RECTO Y RENDIDO A SU VOLUNTAD
Justamente el camino de Caín fue el camino de la iniquidad, camuflado de espiritualidad.
En otras palabras: A Dios no se le puede “comprar”
EL DIVISIONARIO, ES RELIGIOSO POR NATURALEZA.
2-El camino de Abel
La antítesis del camino de Caín es el camino de Abel, su hermano, el cual sí fue del agrado de Dios. Dice la Palabra en Génesis 4: 4 <
b) El amor al lucro de Balaam
<<11¡Ay de ellos!, porque han seguido el camino de Caín, se lanzaron por lucro en el error de Balaam…>>: Estos divisionarios tienen por lo general otra particularidad; son amantes del dinero, y de lo que se puede conseguir con él. El ejemplo que la Palabra nos pone aquí es el de Balaam. ¿Quién fue Balaam?. Balaam es presentado como el falso profeta que hizo caer a Israel en la idolatría. Esto es lo que evoca el nombre de Balaam en el N.T. también. Lo que movía a Balaam a profetizar en el nombre de Jehová, era sencillamente el amor al lucro. Balaam “ministraba” por dinero; y por dinero llegó a aconsejar a los enemigos de Israel a cómo pervertirles a través de las mujeres lascivas de Moab. Leemos así en Números 31: 16, <<16Ellas, por consejo de Balaam, fueron causa de que los hijos de Israel pecaran contra Jehová…>>.
Balaam, al no poder emitir juicio de maldición contra Israel, tal y como Balac, rey de Moab quería que hiciese (leer Nm. 22-24), buscó la manera de perjudicar y poner tropiezo al pueblo de Dios con esas mujeres (Nm. 31: 16, Neh. 13: 2), y así ganarse el dinero que le había prometido Balac si lo conseguía.
LO QUE MOVÍA A BALAAM A SERVIR A JEHOVÁ NO ERA SINO EL LUCRO.
El apóstol Pedro habla de los divisionarios presentando el ejemplo de Balaam también, como de un hombre que pretendía ser justo ante Dios y servirle, aunque en realidad, buscaba su propio interés: <
El apóstol Pablo enseña acerca de todos aquellos que siguen el mal ejemplo de Balaam; el que usaba el poder y conocimiento de Dios para su propio enriquecimiento: <<3Si alguno enseña otra cosa y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo y a la doctrina que es conforme a la piedad, 4está envanecido, nada sabe y delira acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, blasfemias, malas sospechas, 5discusiones necias de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad, que toman la piedad como fuente de ganancia. Apártate de los tales. 6Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento, 7porque nada hemos traído a este mundo y, sin duda, nada podremos sacar. 8Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos ya satisfechos; 9pero los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas que hunden a los hombres en destrucción y perdición, 10porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe y fueron atormentados con muchos dolores>> (1 Timoteo 6: 3-10)
QUEDA CLARO QUE, LOS DIVISIONARIOS ALUDIDOS POR JUDAS EN SU EPÍSTOLA, TIENEN TAMBIÉN CONNOTACIONES SIMILARES O IDÉNTICAS A LOS MENCIONADOS POR PABLO, SEGÚN EL EJEMPLO DEL PROPIO BALAAM.
Para más abundamiento, leemos lo siguiente en Apocalipsis 2: 14; <<…tienes ahí a los que retienen la doctrina de Balaam, que enseñaba a Balac a poner tropiezo ante los hijos de Israel, a comer de cosas sacrificadas a los ídolos y a cometer fornicación>>
Aquí vemos que lo que produce la obra de los que quieren lucrarse con el Evangelio a modo de Balaam, es tropiezo para el pueblo de Dios. EL DIVISIONARIO, ES AMADOR DEL DINERO.
El ejemplo del apóstol Pablo
El ejemplo contrario al espíritu de Balaam, es el del propio apóstol Pablo, el cual exclamó: <<7Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. 8Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por amor a él lo he perdido todo y lo tengo por basura, para ganar a Cristo…>> (Filipenses 3: 7, 8). Para Pablo, el verdadero tesoro era la perla de gran precio, era Cristo (ver Mt. 13: 45, 46)
c) La contradicción de Coré
<<11¡Ay de ellos!, porque han seguido el camino de Caín, se lanzaron por lucro en el error de Balaam y perecieron en la contradicción de Coré>>: Aquí Judas nos sigue hablando acerca de los divisionarios, es decir, los causantes de división, y los compara esta vez con la REBELIÓN de los de Coré. La historia se remonta a los tiempos de Israel en el desierto. Veámoslo: <
LOS DIVISIONARIOS SON EN ESENCIA REBELDES
Los divisionarios acaban pereciendo también, porque su rebelión les lleva a la propia destrucción.
La lealtad de David
Así como la característica de los de Coré fue la inmensa deslealtad que profesaron contra Moisés, basada en su rebelión, un ejemplo diametralmente contrario lo tenemos en la persona de David, antes de ser rey.
David, a pesar de que Saúl era del todo vendido al mal, nunca levantó ni un dedo contra él, aun y cuando le tenía en su mano. Cuando Abisai, general de David tenía preso a Saúl, le propuso matarlo ahí mismo; no obstante, esta fue la respuesta de David: << —No lo mates; porque ¿quién extenderá impunemente su mano contra el ungido de Jehová? 10Dijo además David:—¡Vive Jehová!, que si Jehová no lo hiriera (sea que le llegue su día y muera, o descienda a la batalla y perezca), 11guárdeme Jehová de extender mi mano contra el ungido de Jehová>> (1 Samuel 26: 9, 10)
DAVID NUNCA SE TOMÓ NINGUNA ATRIBUCIÓN PARA SÍ MISMO, A DIFERENCIA DE LOS DE CORÉ.
3. El carácter de los divisionarios
Volviendo a Judas, leemos acerca de los divisionarios: <<12Estos son manchas en vuestros ágapes, que comiendo impúdicamente con vosotros se apacientan a sí mismos…>> (12)
<<…nubes sin agua, llevadas de acá para allá por los vientos; árboles otoñales, sin fruto, dos veces muertos y desarraigados>> (12)
<
<
Estos párrafos nos hablan del carácter de los divisionarios; los que siguen el espíritu de división. Veámoslo más de cerca:
1. Son egocéntricos: (12) Se apacientan a sí mismos; es decir, buscan su propio provecho y satisfacción a expensas de los demás. Ellos son antes que los demás. Son amadores de los deleites más que de Dios (2 Ti. 3: 4b).
2. No tienen buen fruto: (12) Aunque aparentan ser algo en el Señor, en realidad son sin fruto, como nubes que no transportan agua, o como árboles caducos.
3. Son implacables, intemperantes, iracundos: (13) Judas los compara con las <
4. Son murmuradores: (16) Muchos de ellos lo son de forma muy sutil, casi imperceptible, pero dejan el puñal clavado con su lengua.
5. Son querellosos: (16) Nunca dan su brazo a torcer. Siempre han de salirse con la suya y siempre están dispuestos a polemizar. Su rebeldía les lleva a ser así. Son contenciosos por naturaleza.
6. Andan según sus propios deseos: (16). No es el hacer la voluntad de Dios lo que les dirige en la vida, sino el satisfacer sus propias ambiciones, deseos y metas, aun pretendiendo servir a Dios.
7. Hablan cosas infladas: Son muy dogmáticos y arrogantes a la hora de exponer sus razones. Ellos siempre conocen y saben lo mejor y siempre tienen el mejor consejo (a veces pueden disimular, guardando las apariencias).
8. Son aduladores: Son manipuladores por excelencia. Saben cómo comportarse y qué decir y cuándo con el fin de sacar de las personas el mejor provecho. Son muy lisonjeros: <<…la
boca lisonjera hace resbalar>> (Prov. 26: 28b). Su lisonja es simple manipulación para sacar algo de las personas a las que lisonjean.
Este es el carácter de los divisionarios.
4. Los <
<
Volvemos al versículo con el cual abríamos esta sesión. La palabra que usa Judas para calificar a los divisionarios es la palabra griega <
¡Qué aprendamos a discernir esto, y que cambiemos en nosotros cualquier cosa que se asemeje a alguna de las que hemos estudiado!
Conclusión
* Para huir de todo peligro de ser hallados divisionarios, presentemos nuestros corazones al Señor para que nos los revele, y los limpie por su Espíritu.
* Con corazones rectos que amen al Señor, nunca llegaremos a ser divisionarios.
* Que sea el Espíritu Santo, y no otro espíritu, el que dirija nuestras vidas.
Resumen
La voluntad de Dios, es la MULTIPLICACIÓN, nunca la división.
El diablo intenta vencer intentando dividir al pueblo de Dios.
Los divisionarios, intentan mezclarse con el genuino pueblo de Dios para así poder hacer lo que bulle en sus corazones.
Los divisionarios actúan en alguna medida como lo hicieron Caín, Balaam y Coré.
A Dios no le agrada la ofrenda del oferente que no le agrada.
A Dios no le agradó Caín porque era espiritual sólo en apariencia.
Lo que movía a Balaam a servir a Jehová no era sino el lucro.
El divisionario es amador del dinero.
La rebelión lleva al rebelde a su posterior destrucción, como el caso de los de Coré.
Los divisionarios son en esencia rebeldes.
Preguntas
En cuanto a nosotros mismos:
¿Cuánto del camino de Caín puede haber en nuestra vida? ¿Estaremos sirviendo a Dios porque le amamos como Abel, o porque sabemos que hemos de hacerlo, a secas?
¿Qué lugar ocupa el dinero en nuestro corazón? ¿Ocupa un lugar que no debería? ¿Podemos decir como Pablo: Por amor a Cristo lo tengo todo por basura>>?
¿Creemos que tenemos derecho a ocupar un lugar en el ministerio, como los de Coré o estamos sirviendo a Dios como lo hizo David, sin tomarse ninguna atribución para sí mismo?
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