JESÚS un nombre común entre los judíos
iesous es una transliteración del nombre heb. «Josué», significando «Jehová es salvación»; esto es, «es el Salvador»; era «un nombre común entre los judíos (p.ej., Éx 17.9; Lc 3.29; Col 4.11). Fue dado al Hijo de Dios en la encarnación como su nombre personal, en obediencia a la orden dada por un ángel a José, el marido de su madre, María, poco antes de que Él naciera (Mt 1.21). Es con este nombre que se le designa generalmente en las narraciones evangélicas, pero no sin excepciones, como en Mc 16.19; Lc 7.13, y una docena más de pasajes en este Evangelio, y en unos pocos lugares en el de Juan.
«‹Jesucristo› aparece solo en Mt 1.1,18; 16.21, margen; Mc 1.1; Jn 1.17; 17.3. En Hechos se halla frecuentemente el nombre ‹Jesús›. ‹Señor Jesús› se usa normalmente, como en Hch 8.16; 19.5,17; véase también los relatos de las palabras pronunciadas por Esteban (7.59), por Ananías (9.17), y por Pablo (16.31); aunque tanto Pedro (10.36), como Pablo (16.18), usaron también ‹Jesucristo›.
»En las epístolas de Santiago, Pedro, Juan y Judas, el nombre personal no se encuentra solo ni una sola vez, pero sí en Apocalipsis, donde se encuentra ocho veces (vm, 1.9; 12.17; 14.12; 17.6; 19.10, dos veces; 20.4; 22.16). En la rvr se exceptúan los dos primeros pasajes, donde aparece el nombre compuesto ‹Jesucristo› (tr).
»En las Epístolas de Pablo, ‹Jesús› aparece solo únicamente trece veces, y en Hebreos ocho veces; en esta última, el titulo ‹Señor› se añade solo una vez (13.20). En las Epístolas de Santiago, Pedro, Juan y Judas, hombres que acompañaron al Señor en los días de su carne, ‹Jesucristo› es el orden invariable (en vm) del nombre y título, porque este fue el orden de su experiencia; lo conocieron primero como ‹Jesús›, llegando a aprender, finalmente, en su resurrección, que Él era el Mesías. Pero Pablo llegó a conocerlo por primera vez en la gloria celestial (Hch 9.1-6), y siendo así su experiencia la inversa de la de los otros, se halla frecuentemente el orden inverso, ‹Cristo Jesús›, en sus epístolas, pero, exceptuando Hch 24.24, no aparece en ningún otro lugar de la vm.
»En las cartas de Pablo, el orden siempre está en armonía con el contexto. Así, ‹Cristo Jesús› describe al Excelso que se humilló a sí mismo (Flp 2.5), y da testimonio de su pre-existencia; ‹Jesucristo› describe al Menospreciado y Rechazado que fue después glorificado (Flp 2.11), y da testimonio de su resurrección. ‹Cristo Jesús› sugiere su gracia; ‹Jesucristo› sugiere su gloria» (de Notes on Thessalonians, por Hogg y Vine, pp. 26, 29).
«‹Jesucristo› aparece solo en Mt 1.1,18; 16.21, margen; Mc 1.1; Jn 1.17; 17.3. En Hechos se halla frecuentemente el nombre ‹Jesús›. ‹Señor Jesús› se usa normalmente, como en Hch 8.16; 19.5,17; véase también los relatos de las palabras pronunciadas por Esteban (7.59), por Ananías (9.17), y por Pablo (16.31); aunque tanto Pedro (10.36), como Pablo (16.18), usaron también ‹Jesucristo›.
»En las epístolas de Santiago, Pedro, Juan y Judas, el nombre personal no se encuentra solo ni una sola vez, pero sí en Apocalipsis, donde se encuentra ocho veces (vm, 1.9; 12.17; 14.12; 17.6; 19.10, dos veces; 20.4; 22.16). En la rvr se exceptúan los dos primeros pasajes, donde aparece el nombre compuesto ‹Jesucristo› (tr).
»En las Epístolas de Pablo, ‹Jesús› aparece solo únicamente trece veces, y en Hebreos ocho veces; en esta última, el titulo ‹Señor› se añade solo una vez (13.20). En las Epístolas de Santiago, Pedro, Juan y Judas, hombres que acompañaron al Señor en los días de su carne, ‹Jesucristo› es el orden invariable (en vm) del nombre y título, porque este fue el orden de su experiencia; lo conocieron primero como ‹Jesús›, llegando a aprender, finalmente, en su resurrección, que Él era el Mesías. Pero Pablo llegó a conocerlo por primera vez en la gloria celestial (Hch 9.1-6), y siendo así su experiencia la inversa de la de los otros, se halla frecuentemente el orden inverso, ‹Cristo Jesús›, en sus epístolas, pero, exceptuando Hch 24.24, no aparece en ningún otro lugar de la vm.
»En las cartas de Pablo, el orden siempre está en armonía con el contexto. Así, ‹Cristo Jesús› describe al Excelso que se humilló a sí mismo (Flp 2.5), y da testimonio de su pre-existencia; ‹Jesucristo› describe al Menospreciado y Rechazado que fue después glorificado (Flp 2.11), y da testimonio de su resurrección. ‹Cristo Jesús› sugiere su gracia; ‹Jesucristo› sugiere su gloria» (de Notes on Thessalonians, por Hogg y Vine, pp. 26, 29).
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