Hablaba de Judas Iscariote, hijo de Simón; porque éste era el que le iba a entregar, y era uno de los doce”
Juan 6:70-71
Esta noticia no nos debería sorprender, porque los intentos de reivindicar a Judas por parte de Satanás, han sido incesantes.
Todos recordaremos la célebre producción de Franco Zeffirelli “Jesús de Nazareth”, en donde, entre tantos desaciertos a los relatos bíblicos, aparece Judas como víctima y no victimario.
Pero ¿Qué dice la Biblia acerca de Judas? El texto que encabeza este comentario, nos revela con claridad y precisión quien fue Judas Iscariote. Jesús sabía que Judas lo iba a entregar y él mismo lo describió como diablo.
En otro pasaje (Juan 12: 6) el evangelio de Juan aclara que Judas era ladrón porque sustraía de la bolsa de los discípulos.
Pero dejando de lado todos los estudios y afanes diabólicos de la “prestigiosa” National Geographic, meditemos lo siguiente:
Judas fue un instrumento utilizado por Dios para que se cumpliese un hecho extraordinario: La muerte de nuestro de Nuestro Señor Jesucristo, sin la cual ninguno de nosotros gozaría de eterna salvación. Tal cual como aquel faraón a quien Dios le endureció el corazón y así mostrar su gloria y su poder en el proceso de la liberación del pueblo de Israel.
Así es. Dios es soberano para utilizar vasos para honra o para deshonra según sus propósitos (Romanos 9:17-21). Y así fue el caso con este Judas preparado de antemano para aquella traición que todos conocemos.
Amados hermanos, esta noticia apunta a cuestionar la revelación de las santas escrituras, lo que nos debe siempre hacer pensar que nuestro Cristo vuelve pronto por nosotros. Así que, animémonos para seguir nuestro peregrinaje porque pronto sonará aquella anhelada trompeta que solo la escucharemos los que hemos creído en Cristo y en su santa Palabra.
En 1953, más de cincuenta años antes de la restauración y publicación de la traducción del "Evangelio de Judas" (contenido en el "Codex Tchacos"), Ediciones Sol, en México, publicaría la obra "El Vuelo de la Serpiente Emplumada" que consta de Tres Libros.
ResponderEliminarEl Libro Tercero contiene el relato del Apóstol Judas de Kariot de sus últimos días con su “Rabí Jesús” y en el que se clarifica que, tal como muestra el “Evangelio de Judas”, Judas no traicionó a Jesús el Cristo, sino que hizo lo que hizo, “más presto”, por amorosa, y por ello dolorosa, obediencia a su Maestro, realizando “el Papel” que Jesús le indicó que hiciera…
“…suponer que Judas pudo engañar a Jesús es poco menos que blasfemar.
La relación entre Cristo y sus discípulos es una relación que no puede concebir el hombre en términos de una vida ordinaria basada en las comprensiones que aportan los sentidos. Es necesario ir tras los sentidos. O sea formarse ojos para ver y oídos para oír; ver y oír significados más que hechos aislados, es ver y oír en un plano de relaciones.
Se dice que Judas traicionó a Jesús, pero cuando se capta el significado de los hechos bien pronto se advierte que la conducta de Judas no fué obra de su propia voluntad; fué obligado a vender a Jesús. Lo que ‘vender’ significa en el lenguaje evangélico está relacionado con la pobreza o riqueza en espíritu. Solamente recuerda que se dice el reino de los cielos como algo muy precioso que un buen mercader encuentra, y que enseguida ‘vende’ todo cuanto tiene para poder hacerse de esa preciosidad. Invierte el proceso para acercarte a un entendimiento.
El misterio de Judas es uno de los misterios que más nos confunden. Jesús sabía que iba a morir. Es más, sabía cómo iba a morir. Su muerte estaba ya predeterminada, de modo que no cabía traición alguna, porque cualquier traición requiere el elemento de una confianza basada en una ignorancia. Piénsalo un poco. Porque Jesús insiste en que él escogió a los doce y que uno de ellos era el diablo.
Mirando los hechos retrospectivamente resulta muy fácil juzgar y condenar a Judas en base a lo que otros interpretan. Pero desentrañar el misterio por sí mismo llevado sólo por el ansia de conocer la verdad, ya es otra cosa. Todos llevamos un Judas dentro de nosotros, como llevamos a un Bautista, a un Pedro, un Juan y a casi todos los personajes que figuran en los Evangelios.
Si se entiende que estos escritos tratan principalmente del desarrollo interior del hombre, se comienza a ver la legión de personajes en sí mismo y también los hechos y acontecimientos que los relacionan.”
Extracto de la obra "El Vuelo de la Serpiente Emplumada", Libro I.