Todas esas presuntas experiencias, vienen precedidas por el halo de una pseudo teología que está causando furor en estos tiempos de apostasía (2 Ti. 4: 3, 4) en gran sector eclesial, presuntamente evangélico. En este caso me estoy refiriendo a la cuestión metafísica y ocultista de la visualización y derivados.
1. ¿”Visualizar” para recibir un milagro?
En su Facebook del 18 de agosto del año en curso, Castellanos escribe un mini artículo al que titula “La Conquista de un Milagro” (1). En ese breve escrito, el autor docenario expresa sin ambages sus presuntas convicciones teológicas al respecto.Primeramente hace una declaración que entra de pleno en el dualismo. El escribe así:
“Somos concientes de que los días que vivimos son muy difíciles, y que el ser humano ha tenido que enfrentarse a enfermedades, que vienen de una manera intempestiva, ya sea por medio de virus o pandemias o por cualquier otra circunstancia. Creo que la mayor protección para que el mal no toque ninguna de nuestras familias es entender el poder de la sangre de Jesús y aplicarla en nuestras respectivas casas y familias” (énfasis nuestro)
Conociendo sus escritos, la realidad que nos plantea Castellanos, es que existe una continua lucha entre el bien y el mal (dualismo), y que los cristianos estamos en medio de esa guerra sin cuartel, y que nos toca a nosotros “conquistar” los milagros y la provisión de Dios.
Últimamente, el discurso del docenario radica en levantar la sangre de Jesús como antídoto contra todo mal, como si se tratara de una especie de talismán mágico.
Ese modo de entender el asunto no es escritural, ya que si bien es cierto que tenemos lucha contra el mal (Ef. 6: 12), y que la sangre de Jesús tiene poder, no es menos cierto que nuestro Dios está sentado en el Trono, ¡y que el diablo no puede tocar un cabello de nuestras cabezas sin el permiso de nuestro Padre celestial!
Pero nos damos cuenta que el discurso de Castellanos está cargado en exceso de gran carga y peso para el incauto creyente que esté dispuesto a escucharle.
Para el autor docenario, no es suficiente con creerle a Dios sin más, sino que debe de desarrollar todo un ritual esotérico que es el propio de la Nueva Era. El escribe así:
“El segundo paso es visualizar el milagro, es como pintar cuadros…debemos…proponer en nuestro corazón pintar los cuadros de la sanidad. Lo tercero que hizo esta mujer fue que confesó el milagro…Esta mujer ya había logrado pintar el cuadro de su sanidad, ahora esa visualización la convertiría en palabra, confesándola continuamente: si tan solo tocaré el borde de su manto seré sana” (énfasis nuestro)
Así que para Castellanos, para obtener de parte de Dios lo que Él quisiera darnos, el individuo debe hacer una serie de ritos mágicos, si es que quiere recibir ese milagro.
“La “visualización creativa” es un proceso de formación de imágenes o pensamientos, realizado de modo consciente, y que luego serán transmitidos a nuestras actitudes en forma de señales o mandatos. Es simple y llana hechicería”
El Dr. Robert B. Stone, autor best-seller, es un mentalista muy conocido en los EEUU. El escribe así acerca del “poder mental”:
“El Inmenso Poder de la Mente Humana para conseguir las cosas que desea…El pensamiento de que el ser humano podía aprovechar su capacidad mental de una manera más amplia fue un estímulo para mí desde mi juventud…Una gran parte de los individuos a los que se consideraba con dones o poderes especiales no había nacido así, simplemente habían aprendido de otras personas a usar sus extraordinarias capacidades psíquicas o mentales…usted puede aprender a utilizar el inmenso caudal de energía mental que posee y emplearlo en su propio beneficio…” (2) (énfasis nuestro)
El Dr. Stone, obviamente no es un cristiano, sino que es un parasicólogo (ocultista), y su enseñanza va dirigida al estímulo del ego del individuo. El enseña lo mismo que Castellanos, que dice ser un pastor evangélico… ¿Qué es esto, hermanos?
Marianela Garcet, ocultista, creyente en la “reencarnación”, que imparte cursos de ciencias ocultas como “visualización creativa”, “Reiki”, “Magnified Healing”, etc. y que mantiene contacto con demonios, como un tal Kryon, que se presenta como un “maestro ascendido”; es maestra del esoterismo profundamente implicada desde hace 30 años en el ocultismo, escribe así en su “Curso de Visualización Creativa”:
“Visualizando tus éxitos: La visualización creativa es un proceso de formación de imágenes o pensamientos, realizado de modo consciente, y que luego serán transmitidos a nuestras actitudes en forma de señales o mandatos” (3)
Esto es exactamente lo que enseña César Castellanos.
No obstante esa bendita mujer, a pesar de Castellanos, ni visualizó, ni confesó, ni conquistó ningún milagro. La Escritura nos dice que tenía fe (Mr. 5: 34), y hermanos, la fe verdadera no la podemos producir nosotros, ni visualizando, ni confesando, ni nada de nada, ya que esa fe la tiene que impartir el Espíritu Santo, y eso solamente ocurre cuando es la voluntad del Padre el hacer el milagro.
Así que no está en nuestro poder, sino en Su voluntad. Esa es la razón por lo cual muchas veces, a pesar de que oramos, pedimos y rogamos, esa sanidad no se produce, cuando es el caso.
Como cristianos, no queremos que se haga nuestra voluntad, sino la Suya. He aquí la diferencia.
En definitiva, es el mismo Dios el que determina si ese milagro se hará o no, ya que es Él quien hace los milagros, y no nosotros, y menos todavía poniendo en práctica esas mágicas “capacidades” espiritualoides mencionadas, que son de hecho actos del diablo.
Debemos decir, pues, con claridad y sin paliativos, que César Castellanos en realidad es un motivador de masas, y enseñador de “metafísica cristiana”. Esa enseñanza NO es el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo; es un añadido (Gl. 1: 8)
A tenor de lo que leemos en sus libros, podemos comprender mejor de parte de los Castellanos, el grado de insostenibilidad de sus declaraciones pseudo teológicas. Veamos algunas de estas cosas.
2. “Incuestionables” vivencias personales de los Castellanos
La supuesta experiencia de César Castellanos en cuanto a su conversión también es de lo más irreal y megalómana. En su libro “Sueña y ganarás el mundo”, dice que estaba leyendo la Biblia “buscando la manera de purificarse” (4) y después de hacer una oración, escribe:“Después de unos 15 minutos, el cuarto se llenó de una luz gloriosa que se localizó frente a mí... vi una mano abierta que penetró mi cabeza y empezó a descender hasta la planta de los pies a manera de caricia y, a medida que lo hacía, la carga de mi pecado desaparecía” (5) (énfasis nuestro)
Prácticamente todos los mortales que nos entregamos una vez a Cristo, tuvimos experiencias como mucho emotivas, y por supuesto reales, que es lo que de veras importa. Por otro lado, en la Biblia, tenemos el relato de Pablo de Tarso como algo muy insólito e irrepetible (dadas las circunstancias de su llamamiento), pero no conozco ningún caso de una conversión como la de Castellanos. No obstante, Castellanos siempre tiene que destacar sobre los demás mortales. Todas sus experiencias son extra extraordinarias, como las de un escogido muy, muy especial.
El siguiente relato fantástico de César Castellanos, se encuentra también en su libro “Sueña y ganarás el mundo”, y tiene varias y diferentes connotaciones, ninguna de ellas escriturales:
“Recuerdo que para alcanzar mi primer desafío me senté en el piso del auditorio que tenía capacidad para 120 personas y comencé a soñar. Era tal la presencia de Dios en ese sueño que pude oír el ruido de los motores de los carros cuando parqueaban, los pasos de las personas al bajar y entrar al salón e, incluso, cómo el recinto se llenaba de docenas de personas que debían hacer filas y esperaban que salieran unos para poder entrar. A partir de este sueño, fue tan grande el mover de Dios que la reunión empezó a crecer hasta que, en sólo tres meses, surgió la necesidad de hacer dos servicios y, tal como lo habíamos visualizado, la gente quedaba por fuera esperando su oportunidad para ingresar” (6) (énfasis nuestro)
Dentro del contexto megalómano e irreal del relato, podemos ver también lo concerniente con el “soñar” y con la diabólica “visualización”. Unas líneas más debajo de esa narración, Castellanos escribe:
“Desde aquel maravilloso momento en las playas de la costa colombiana, cuando decidí creerle a Dios y atreverme a soñar, experimenté que, como ocurrió con Abraham, el Señor me decía: “¡Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás de bendición”! Ahora sigo soñando, mientras observo que Dios cumple fielmente su promesa” (7) (énfasis nuestro)
La megalomanía de Castellanos parece no tener límites. Ya no sólo se compara con Abraham, sino que dice que Dios le dijo personalmente que va a hacer de él una nación grande, ¿quizás llegará a ser Castellanos el nuevo jefe de la cristiandad, como Abraham del pueblo judío? Nos preocupan esos aires megalómanos, no por Castellanos, porque él sabe lo que hace, sino por los miles y miles que están bajo engaño al respecto.
3. Algunas inconsistencias que merecen una severa observación
A pesar de que a los Castellanos les encanta en demasía hablar de sí mismos, y alardear de sus múltiples y presuntas proezas espirituales, la realidad es que hasta la fecha no han dado a conocer mucho de sus vidas reales antes de salir a la escena pública.Sus orígenes son poco más que un misterio para el gran público. Solamente podemos saber de ellos por lo que ellos mismos nos dicen que es muy escaso, y en algunos casos, hasta dubitativo, dándonos ciertamente que pensar.
“…a los catorce años tomé la más importante decisión: reconocer a Cristo como mi Señor y Salvador y entregarle mi vida” (8) (énfasis nuestro)
Por otro lado, César Castellanos nos dice que cuando conoció personalmente a Claudia, ella no era cristiana:
“Puse al Señor la señal de que si ella cambiaba, si nacía de nuevo, entonces entendería que la posibilidad de un romance estaría dentro de sus planes. Aunque veía en ella detalles que no eran de mi agrado por su condición de no cristiana, Dios me confirmó de una y otra manera que ella sería mi esposa” (9) (énfasis nuestro)
Como pueden apreciar, esto no encaja. Claudia dice que entregó su vida al Señor a los catorce años, y por otro lado, César nos dice que cuando la conoció no era cristiana… ¿A qué edad conoció César a Claudia pues, cuando ella era una niña de 11 o 12 o quizás 13 años y la veía como una candidata para casarse?
No pretendo meterme en lo que no me importa, pero esto sí importa, ya que está publicado en uno de sus más emblemáticos libros, y hay demasiada gente que todavía les cree por lo que ellos dicen ser y hacer.
No solamente en relación a las grandes “proyecciones” ministeriales, sino también en cuanto a su vida privada, Castellanos es desaforado y megalómano. Respecto a su posible futuro amorío con Claudia, escribe así:
“Seguí orando y el dulce Espíritu Santo inundó el recinto donde me encontraba, sentí su gloria, y me habló: “¡César, ella será tu esposa”! (10) (énfasis nuestro)
No niego que haya que orar para buscar del Señor Su voluntad antes de empezar una posible relación de noviazgo. Nadie cristiano pone eso en duda. Pero de ahí a decir las cosas que Castellanos dice que le ocurrieron va un abismo, aunque ya nos tiene a eso acostumbrados. Siempre que se pone a orar o a ministrar “el recinto se inunda de la gloria de Dios”. Pero no queda ahí el asunto. A la hora de buscar confirmación acerca de su posible relación, Castellanos usó la bibliomancia. Escribe así:
“Señor...si mi relación con Claudia viene de ti, te pido que me hables a través del versículo ocho del lado izquierdo de mi Biblia”. Con fe abrí la Biblia y apareció el evangelio de Marcos capítulo diez; leyendo el versículo ocho, recibí la más determinante de las confirmaciones...” (11) (énfasis nuestro)
¿”Con fe”, dice Castellanos?... ¡Eso es tentar al Señor! La bibliomancia no es de Dios, es adivinación, y el diablo puede perfectamente manipular a través de esa “técnica” que no deja de ser un apostar o confiar en el azar. Todo esto es incongruente e inconsistente; ejemplos vanos a seguir, pero enseñados por una persona como Castellanos que tiene miles que todavía le escuchan.
“El Señor dice: Hijo mío, no temas porque el diablo ya te ha tirado lo peor que él tiene, ha tratado de destruirte, pero yo he declarado en los cielos: diablo, ya no podrás tocar a este hombre...estoy nombrando ángeles guerreros enfrente de él y detrás de él; estoy declarando protección para su familia...” (12) (énfasis nuestro)
Dice Castellanos en su libro en cuestión (“Sueña y ganarás el mundo”), que fue en Marzo de 1997 cuando fue dada esa presunta profecía (13), pero el día 25 de Mayo de ese mismo año, es decir, dos meses más tarde, dice Castellanos que sufrió el atentado que casi le cuesta la vida a él y a su esposa, recibiendo cinco balazos él y uno ella (14) ¡No concuerda el asunto! Es otra incongruencia más de muchas otras que se pueden apreciar cuando uno lee con atención y objetividad lo que escriben los Castellanos, y que parece que no muchos están por la labor de contrastar...
Cuando Castellanos dice que Dios le habla, le ocurre que en cualquier momento se le presenta, y como le sucedió a Moisés, habla cara a cara con él, como si cualquier cosa. Lo malo es que ese “dios” que le habla, dice inconsistencias e inverisimilitudes.
¡No nos podemos imaginar a Dios ocupado en una nimiedad como esa! Además Dios no mece la hamaca a nadie, menos todavía cuando uno mismo ya lo está haciendo. Pero ese es el mensaje subliminal que Castellanos quiere comunicar a su audiencia, ¡que él es tan, pero tan especial y cercano a Dios! Y sigue diciendo que Dios le dijo:
“¡Puedo hablarles a las almas directamente, pero prefiero hacerlo a través de ti. Te he puesto como pastor! ...la iglesia que tu pastorearás será tan numerosa como las estrellas del cielo y como la arena del mar, que de multitud no se podrá contar” (16) (énfasis nuestro)
¡Qué megalomanía! ¡Qué soberbia! ¡En parte, la misma terminología que Dios usó con Abraham! ¿Ustedes realmente creen que Dios hablaría así a un hombre en esta dispensación, encumbrándole por encima de todos los demás creyentes? ¡No!
En otras palabras, según nos narra Castellanos aquí y en otros muchos lugares, Dios le ha escogido como un segundo e imposible Moisés; es decir, en un mediador entre Él y los hombres; en un guía para la humanidad.
Nos preocupa tremendamente ese espurio mesianismo, y nos preocupa porque vemos que a muchos ha logrado encandilar y a otros muchos directamente dañar. ¡Por favor, abran los ojos!...
“Cuando Elías le dijo a Eliseo que le pidiera lo que quisiese, sencillamente respondió: “Quiero la unción que tú tienes, pero duplicada”...Viendo el respaldo del Señor en el crecimiento de la iglesia, un día cualquiera llegó alguien de nuestro equipo preguntándome: “pastor, ¿hasta donde podemos crecer nosotros? - ¿por qué me haces esa pregunta?, - le dije, y me respondió: “es que me da miedo superarlo”; lo animé diciéndole: “Tranquilo, si me supera, es por que la doble unción ya está en su vida” (17) (énfasis nuestro)
¡La unción, a modo de Elías, la tendría Castellanos; la doble unción, a modo de Eliseo, sus seguidores!, ¡impresionante megalomanía y estupidez! Que veamos en la Biblia, ni Elías ni Eliseo fueron pastores de ninguna “megaiglesia”.
“Hija mía, se de valor, yo te necesito, porque así como yo sano a este gobierno, voy a usar ese conocimiento para que vayas a sanar a los Estados Unidos; la misma cosa que dije a tu esposo te digo a ti: los dos tienen que ir juntos para ayudar a sanar a los Estados Unidos, te pido que lo hagan” (18) (énfasis nuestro)
¡Ya está bien de tanta absurda megalomanía y exaltación de los hombres! Jamás Dios hablaría así. Jamás Dios diría a nadie “te necesito”. ¡Dios no necesita a nadie, Él es Dios!
Ese gobierno al que alude la falsa profecía es el de Colombia, y a horas de ahora, bien lejos está de haber sido sanado, como todos saben; entre otras cosas, porque Dios no “sana gobiernos”.
Todos los gobiernos de este mundo son impíos, y están prestos para ser juzgados, junto con las naciones que presiden, y caer bajo la ira venidera (1 Ts. 1: 10) que ya está a las puertas. ¡Ir a sanar a los Estados Unidos, que pedante suena eso, y qué necio e irreal!
Es parte de “Las experiencias fútiles y fantásticas de los Castellanos”
Dos cosas más tengo que señalar aquí a voz de pronto, una es la pueril invención de ese tipo de profecías, y la segunda, la osadía de los Castellanos de exponerlas, resaltándolas en su libro. Sin duda, es un insulto a la fe y a la inteligencia del lector.
Ella cuenta su particular experiencia espiritual, un calco de la de Jesús de Nazaret en sus inicios. ¡Desde luego, quien se crea esto, puede llegar a creer cualquier cosa! Me asombra la osadía de estas personas que son capaces de faltar a la verdad de este modo. Lean lo que escribe la docenaria, porque no tiene desperdicio el asunto:
Es innegable el carácter de suma burla que se desprende de todas estas palabras. Primeramente, burla a Dios, por pretender plagiar la obra de Cristo y de Juan el Bautista (ministerios irrepetibles), y luego burla a todos los cristianos verdaderos.
Es insólita la desfachatez y particularmente me siento muy indignado, y me duele profundamente en el alma que haya queridos hermanos que todavía estén prestando atención a todas estas barbaridades y a los que las esparcen.
Claudia de Castellanos, innegablemente se compara con Jesucristo. Para iniciar su ministerio debe bautizarse en el río Jordán, como Cristo, renunciando a su bautismo original – cosa que la Biblia no enseña – además, por un nuevo Juan el Bautista levantado a la sazón para ella.
Como con Jesús, se abren los cielos y desciende el Espíritu Santo (sólo le faltó decir que lo hizo en forma de paloma), y acabó como Cristo predicando en el lugar del Sermón del Monte, además con una voz especialmente potente.
Sólo le faltó pasar por el desierto cuarenta días y cuarenta noches sin comer ni beber como estuvo el Señor, pero claro, esa hubiera sido una experiencia innecesaria para ella seguramente. ¡Realmente estoy indignado!
Con todo este aluvión de experiencias sobrenaturales, místicas y del todo fantásticas, los Castellanos pretenden hacer creer a los que les prestan atención, que ellos son especiales ante Dios. Me pregunto a donde realmente conducirá todo esto a la postre.
“...abrí los ojos y sólo capté una profunda oscuridad a mi alrededor; imaginé que se trataba de una falla en el fluido eléctrico, pero al mirar hacia abajo, noté que no había piso y que estaba suspendido en el aire, asido de la nada; debajo de mis pies sólo observé un profundo abismo plagado de legiones de demonios que se movían como alfileres en medio de la oscuridad, casi irremediablemente, la ley de la gravedad indicaba que iba a caer en aquel sórdido lugar, y una voz lo confirmó: “¡César, si tú caes, cualquiera de los demonios que has visto te tomará y te llevará a un lugar más profundo en el que quedarás hasta que seas juzgado!” (20) (énfasis nuestro)
Nos detenemos por un momento aquí, para analizar esta experiencia que nos narra Castellanos que dice que él tuvo – dicho sea de paso, el autor en cuestión en ese mismo libro, y en prácticamente todos los demás que ha escrito hasta ahora, constantemente relata decenas de experiencias similares, inauditas para cualquier cristiano “de a pie”; ¡a todas luces, él es un caso especial e irrepetible!
Castellanos asegura que era creyente por algunos años cuando le ocurrió esa experiencia de arriba. La pregunta es obvia; si era nacido de nuevo, ¿Cómo podía esa voz – que no determina de quién provenía – amenazarle de que iba a ir al infierno, esperando a ser juzgado, como le ocurre a todo impío impenitente? Eso no podría ser. La Biblia es muy clara:
“Ahora pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús” (Romanos 8: 1)
Pero sigue escribiendo Castellanos a renglón seguido:
“Al instante clamé al Señor, diciendo: “¡Jesús, yo he creído en ti, te ruego que me ayudes!”. Sentí que una fuerza superior me tomó de los brazos y me levantó rápidamente, al tiempo que otra voz como de trueno, decía: “Todavía no es hora”. Caí nuevamente, y regresé al cuerpo” (21) (énfasis nuestro)
Así pues, Castellanos, después de pedir ayuda al Señor, dice que oyó una voz que dijo: “Todavía no es hora”, ¿Qué significa eso? ¿Significa que no era aún el momento pero que llegará el día en que las palabras de la voz anterior se cumplirán? Por la boca muere el pez…
4. Concluyendo
Deseo reiterar aquí mi asombro, que llega hasta la estupefacción, de ver que tantos están tan absortos y encandilados por personas como estas, que no tienen el más mínimo pudor en contenerse, sino que lanzan a bombo y platillo en la arena evangélica toda esa sarta de improperios. Sólo he puesto aquí algunos de esos datos, pero sólo tienen que leer con cierto detenimiento sus libros, para darse cuenta de que hay mucho, mucho más.Realmente se está cumpliendo a cabalidad la Palabra del Señor en este tiempo, “cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído, y se volverán a las fábulas” (2 Timoteo 4: 3, 4)
Lamentablemente, el que sale perjudicado aquí, no es el falso maestro, que por ser falso, ya ha tiene su destino fijado, sino el pueblo de Dios que se presta a escuchar.
¿No será que deberíamos tener más amor por la doctrina de Cristo, hermanos?... ¡Será!
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