Las Pornografía es una de las armas que el enemigo esta utilizando en estos tiempos para hacer caer a los hijos de Dios.
Probablemente, la pornografía es el fracaso moral más singularmente común entre los hombres Cristianos, especialmente hombres involucrados en ministerios.
• Pornografía es un conjunto de materiales que muestran órganos genitales o actos sexuales y que se exhiben y/o contemplan con una determinada actitud que, normalmente, tiene por objeto la masturbación o, al menos, excitación de quien busca este tipo de materiales. Estos materiales normalmente se producen por interés lucrativo, aunque Internet ha introducido la posibilidad de acceder y producir gratuitamente este tipo de materiales.
• La pornografía estimula el interés en la perversión y fomenta en el vidente el actuar sobre lo que ha visto.
• La pornografía exhorta hábitos sexuales que destruyen la dignidad y desvaloran a ambos participantes; por lo tanto, es dañino aún dentro del matrimonio.
• La pornografía crea ideas no realistas sobre como deben de ser los cuerpos femeninos y, sobre el deseo y prácticas sexuales. Estas ideas erróneas crean descontento en un matrimonio.
• La pornografía crea una impresión falsa en el vidente sobre sus propias capacidades sexuales.
haciendo, considere los siguientes pasos hacia la libertad.
En el instante que permita la imagen de alguna mujer, aparte de su esposa, entrar a su imaginación, crea un deseo por esa imágen y, a la misma vez, un descontento con la mujer que Dios le ha dado.
Pocos hombres pueden ver la pornografía sin acudir a la masturbación. La pornografía, con sus consecuencias de imágenes sexuales internas, crea el estímulo necesario para masturbar. Un autocompromiso para vencer la pornografía tiene que ser acompañado por otro compromiso para ya nunca masturbar.
Así como sucede con el pecado, mientras más se mantenga en secreto, la pornografía traerá consigo un sentido de vergüenza y de más poder sobre el hombre que la practica. Confesar su problema a otra persona de confianza o a un consejero es generalmente el primer paso necesario para romper el poder de la pornografía sobre su vida. El confesar a otra persona requiere su humildad, invita la gracia de Dios, lo libera de la vergüenza y convoca la oración de liberación a su favor. La vergüenza, el orgullo y la negación son los obstáculos principales para obtener liberación.
Ver pornografía tiene un gran poder adictivo para la mayoría de los hombres. Cuando algo le controla y se siente sin poder de hacer lo correcto, puede ser que una influencia demoníaca esté demostrando su presencia.
El enfrentarse a un problema difícil como la pornografía sin primero cancelar la televisión de cable y conecciones del internet no censuradas es pedir el fracaso continuo. También debe de alterar sus rutinas cotidianas que puedan traerlo en contacto con la pornografía o estimular su deseo por la misma. Por ejemplo: evite ver películas restringidas o prohibidas pues la mayoría contienen nudismo. No haga compras en tiendas que, aparte de vender mercancía común y corriente, también vendan material pornográfico. Si es necesario, cambie su ruta de ir y venir de la casa al trabajo, etc.
En ocasiones, una atadura pornográfica puede estar vinculada a otros problemas incluyendo imbalances químicos los cuales tienen que ser rectificados antes de que la liberacion pueda ocurrir. Siempre busque a un consejero que valore su lugar en el ministerio y que comprenda como Dios sana este tipo de problema.
La mejor forma de recibir liberación de estas ataduras es entregándole por completo tu vida a Jesús y Permitiendo que el sea quien tome las riendas de tu vida, renuncia a tus esfuerzos humanos que te han llevado a fracasar en tu intento de renunciar a este habito que ofende a Dios, es momento que dejes que Jesús tome tu vida y la transforma para hacerte una nueva Persona.
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