Sin lugar a dudas en todas partes del planeta hay “pastores” que destruyen y dispersan el rebaño de Dios. Pero no permitamos que nuestra mente nos lleve a creer que la función de pastor es nada mas para aquellos que son nombrados por una denominación o que son graduados de un Instituto Bíblico, pues que la función de Pastor la realiza todo aquel que tiene a su cargo un grupo de ovejas, es decir un grupo de hermanos.
¿Qué tan buen pastor estoy siendo?, ¿Alguna vez te has preguntado esto?, es fácil autodenominarse muy bueno para la función que estamos cumpliendo, pero mas allá de lo que creemos de nosotros mismos, ¿Será que las personas ven en nosotros un verdadero pastor?
La Palabra de Dios en el texto que leímos es dura pero real, el Señor dice: “Vosotros dispersasteis mis ovejas, y las espantasteis, y no las habéis cuidado”. ¿Cuanto “pastor” hay que con sus actitudes dispersa, espanta y descuida a sus ovejas?, ¿Cuánto pastor hay que por su carácter no permite que sus ovejas se acerquen y le platiquen de sus problemas?, ¿Cuántos “pastores” hay que ven a los demás como débiles e inconstantes y los hacen de menos?, ¿Cuántos “pastores” hay que ese nombre les queda grande?
Amado hermano, no permitamos que nuestra actitud, que nuestro carácter, que nuestra forma de ser completa ahuyente a nuestras ovejas, no necesariamente vas a tener que salir de un Instituto Bíblico para realizar la labor de pastor, ya que si Dios ha tenido a bien darte un grupo de personas, ellas son tus ovejas y tu su pastor, ¿Estas pastorean o estas ahuyentando?
Lastimosamente hay muchos “pastores” en nuestras congregaciones que no realizan esta labor como se debe, puesto que para realizar la labor de pastor necesitas un corazón de pastor, un amor por las almas y una disposición total para las personas, cualidades que no todos permiten que se desarrollen en su vida.
Pero tu hermano amado hermano, cumple esta labor que Dios te manda, no permitas que tus ovejas se dispersen por actitudes tuyas, no permitas que tus ovejas se ahuyenten por tu mal carácter, no permitas que tus ovejas estén descuidadas por tu poco amor hacia ellas, ve, búscalas, apaciéntalas, cura sus heridas, cárgalas en tus hombros y pastoréalas como Dios manda.
Con todo amor de parte del Señor te digo, nunca desprecies a ninguna oveja que Dios te halla dado, por muy inconstante que sea, tenle amor, no veas a nadie de menos solo porque estas en un “alto puesto”, no olvides que un día fuiste oveja y como tal necesitabas a alguien que te guiara, ahora se tu quien pastorea y no cometas los mismos errores que cometieron contigo, Dios anda buscando pastores de verdad, aquellos que dispongan su corazón para hacer su obra, pastores que tengan un amor único por las ovejas y que las apacienten y alimenten a través de la Palabra de Dios y el amor de Dios puesto en practica.
Para todos aquellos “pastores” que no cumplen su función como tal Dios les dice en el pasaje anterior: “He aquí que yo castigo la maldad de vuestras obras, dice Jehová”.
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