Respecto de su formación, fue principalmente autodidacta y bastante escasa, por cierto y una vez que abandonó los deseos de convertirse en pintor, como consecuencia de los reiterados no que obtuvo en el ingreso a la academia comenzó a desandar el camino político. Especialmente para esta época que transcurre por el año 1913 se acerca al nacionalismo germánico y comenzará a profesar un rotundo antisemitismo. Este mismo año decide huir del Imperio Austro-Húngaro para evitar el servicio militar y se refugia en Múnich donde se enroló en el ejército alemán que participó de la Primera Guerra Mundial.
En tanto, la derrota lo hizo exacerbar aún más sus ideas nacionalistas y fundamentalistas, así es que cuando estuvo nuevamente en Múnich se acercó a un pequeño partido de ultraderecha, del cual se convertiría en líder y lo rebautizaría como: Partido Nacionalsocialista de los Trabajadores Alemanes o NSDAP, entre tantos “antis”, el NSDAP, se declaraba, antisemita, antisocialista, antiliberal, antidemócrata, antipacifista y anticapitalista y hallaba mucha inspiración en el fascismo propuesto por Benito Mussolini.
El estado crítico que dejó la guerra fue el escenario ideal para que muchos individuos atemorizados e inciertos apoyasen la propuesta Hitleriana.
Luego de que en el año 1923 fracase un intento de golpe por el cual fue encarcelado durante un año y medio, Hitler, reconstruyó su alicaído partido NSDAP y se rodeó de un grupo de fieles socios que compartían su descabellado plan. En 1933 se ganó la confianza del presidente Paul Von Hindenburg y se hizo nombrar canciller.
Inmediatamente después comenzaría la ejecución del plan, que con la muerte de Hindenburg encontraría el camino libre para que Hitler se convirtiese, según sus deseos, en la autoridad máxima del Tercer Reich. Las cruentas persecuciones a los disidentes, la instalación de un meticuloso sistema de control de la sociedad y de propaganda, más el exterminio judío, también conocido como solución final, se adueñaron de la escena alemana y fueron las señas salientes del gobierno dictatorial de Hitler.
Su plan expansionista lo llevó a invadir varios territorios, en tanto, cuando tocó a Francia, Inglaterra y Polonia, la reacción en su contra no tardó y estalló la segunda guerra mundial.
Hitler estaba convencido que esta guerra era la llave que abriría las puertas de la expansión de Alemania y de su hegemonía. En los comienzos, su organizado ejército logró importantes triunfos y entonces ocupó los territorios de Holanda, Noruega, Dinamarca, Yugoslavia, Francia, Luxemburgo, Bélgica y Grecia, mientras que Italia, España, Hungría, Bulgaria, Rumania y Finlandia eran sus aliadas.
El furor y éxito de Hitler continuó hasta que Rusia le dijo no a su invasión. Las fuerzas soviéticas no se detuvieron hasta doblegar Berlín y por ende a Hitler. Los aliados poco a poco comenzaron a ganar terreno en detrimento del nazismo y éste comenzó a quedarse sin apoyo de su círculo más cercano. Ante la cercanía de la captura, Hitler se suicidó en su búnker el 30 de Abril del año 1945, cuando tenía 56 años de edad.
El genocidio judío
Los 'no arios' sufrieron desde 1933, con la llegada el Partido Nazi al poder , todo tipo de aberraciones. Desde la quema de libros hasta leyes antijudías. Sin embargo, fueron las Leyes de Nüremberg las que dilucidaron lo que años después sería el genocidio judío, pues definieron a los judíos por sangre y ordenaron la separación total de los 'arios' y los 'no arios'. Se abrió la puerta para que Hitler y sus colaboradores sembraran la cosecha de la exterminación.
Desde el principio, Hitler tuvo un único objetivo: los enemigos de esa raza aria con la que soñaba. Y los judíos eran los primeros en la lista. Antes de los campos de exterminio, Hitler arrebató toda dignidad a los judíos. Se crearon los guetos. Los distritos urbanos en los que los nazis aislaron a los judíos en condiciones miserables para mantenerlos controlados y segregados. Con la implementación en 1942 de la llamada 'Solución Final', los alemanes acabaron con los guetos y con los judíos que aún permanecían en ellos para llenar vagones y vagones de trenes directos a la muerte que les esperaba en los campos de concentración.
En 1941, cuando Alemania invadió Rusia, las SS, la guardia exclusiva de la Alemania nazi, se encargaron de la matanza indiscriminada de judíos. Pero, los fusilamientos y la cámara de gas les parecieron poco efectivos. El odio por el pueblo hebreo era tan exacerbado que los nazis querían más. Querían más judíos muertos. Más exterminio. Tres campos de concentración en Polonia —Belzec, Sobibor y Treblinka— fueron creados exclusivamente para llevar a cabo la operación que los nazis denominaron: 'Aktion Reinhard', la 'Solución Final'.
Centenares de vagones llegaban a esos 'campos de la muerte', donde los miles de judíos que llegaban en masa como animales, con la esperanza de que su viaje acabara en un campo de trabajo en los que intentaran sobrevivir, eran asesinados por doquier en las cámaras de gas.
Pero fue en Auschwitz y en sus tres campos de concentración (I-II-III) y exterminio donde el terror, la muerte y el crimen se instalaron con más fuerza. Allí se levantaba la 'Pared Negra' donde las SS ejecutaron a miles de prisioneros; el gas Zyklon B, el arma secreta y cobarde de los nazis contra los judíos; y los hornos crematorios que durante años no dejaron de escupir las cenizas de los cuerpos de miles de judíos asesinados sin compasión.
Fue en el campo de Auschwitz-Birkenau donde se probó por primera vez ese gas asesino que ha dejado en la retina de muchos y en el recuerdo de otros tantos, gracias al cine sobre todo, la imagen de centenares de mujeres, hombres y niños dentro de una sala, desnudos, temblorosos, asustados y muertos. Para noviembre de 1944, más de un millón de judíos y decenas de miles de rumanos, polacos y prisioneros de guerra soviéticos habían sido gaseados ahí.
Los campos nazis de exterminio cumplieron la función exclusiva del asesinato en masa: tres millones de judíos fueron asesinados, fusilados o gaseados; otros tres millones murieron por enfermedad o en los campos de trabajo donde eran considerados animales sin ningún tipo de valor que podían acabar muertos por el capricho de un general loco o por pura diversión.
Cuando los soldados rusos entraron en Auschwitz, sólo quedaban unos miles de supervivientes hambrientos y enfermos. Los nazis se habían encargado de ocultar la masacre que allí realizaron. Sin embargo, no ocultaron las pertenencias de los asesinados. En ese campo del horror encontraron cientos de miles de trajes de hombre, miles de vestidos de mujeres y más de seis toneladas de cabellos humanos. Llegaba la liberación, pero no el olvido.
Retrato | Con Mussolini | |
Líder del nazismo | El ascenso al poder | |
La guerra | Con Eva Braun | |
Fenómeno de masas | El ritual nazi |
Sin duda un parte de nuestra historia que no debemos olvidar para que no se repita.
ResponderEliminarSi os gusta la historia me gustaría invitaros a conocer la colección Breve Historia y su facebook.
Un saludo,
https://www.facebook.com/brevehistoria
no es el genocida mas grande de la historia, dejen de mentir por favor... lo que ustedes hacen es hacer invisible y NEGAR a las victimas de los demas genocidios...una verguenza!
ResponderEliminarGuau exelente explicacion aunq muy triste pero muy explicativa yo creo q de hay sale la pelicula EL PIANISTA q habla de un polaco q es sobrevivente de esto y su familia no.. se ve esa crueldad de esos alemanes... pero cuando lo rescatan vuelve a revivir y se convierte en un gran pianist :´D es Hermosa esa peli
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